Tras la determina­ción del Gobierno de suspender las clases presenciales hasta el mes de diciembre de este año como medida ante la pandemia del Covid-19 por la que atraviesa el país y que ya afectó a todos los sectores económicos, se suma a esto también un golpe al sector privado educativo y afines con 33.000 puestos laborales que se perderían.

Esto según el análisis elabo­rado por el magíster Enri­que López Arce, especialista en empleos, quien evaluó el impacto que tendrá también la suspensión de las clases presenciales al mercado labo­ral, afectando a miles de com­patriotas del sector educativo privado y afines, que engloba a varios subsectores.

“Este anuncio descolocó a muchas personas más, no solo a los estudiantes, los familia­res y el plantel educativo, sino también a los miles de com­patriotas que trabajan en el sector educativo privado. Recordemos que hay admi­nistrativos, personal de ser­vicios, guardias de seguridad, hay cantinas, fotocopiadoras, librerías, transporte escolar y otros, que necesitan tam­bién de apoyo”, expresó López Arce.

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Tal sería el impacto que des­glosando con base en la can­tidad de los 27.500 docentes privados de las 55 univer­sidades privadas, al menos unos 18.000 serían cesados, a los que acompañarían otros 2.000 funcionarios admi­nistrativos como mínimo, señaló.

Asimismo, de los 17.000 maestros de escuelas y cole­gios privados, al menos otros 5.000 docentes perderían también sus empleos, de los cuales se estima que más de 1.200 ya lo hicieron durante esta cuarentena tras las medi­das asimiladas.

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