San Joaquín, Caaguazú. Omar Jara.
Pequeños productores que insisten con el cultivo del algodón expresaron su desazón por la falta de apoyo de las autoridades y por la incertidumbre con relación a la colocación del producto, así como al precio del mismo. Los productores son del asentamiento campesino Arsenio Vázquez, del distrito de San Joaquín, y luchan por todos los medios por mantener este cultivo tradicional con la variedad que les ha dado tantas satisfacciones a ellos y al país décadas atrás: el IAN 425.
“Conseguimos con mucho esfuerzo la semilla IAN 425, cultivamos y ahora ya se está cosechando, pero no hay dónde colocar ni se sabe a cuánto se podrá vender y el Gobierno se llama a silencio.
Es preocupante la situación de los campesinos”, señaló Milciades Sosa, docente de la escuela del asentamiento. Juan Vargas (productor) indicó que hicieron “un gran esfuerzo, nos rebuscamos y conseguimos la semilla, sacamos créditos para comprar veneno y otros insumos, hacemos minga y como pequeños productores necesitamos que el Estado nos mire un poco, que mire nuestro esfuerzo y nuestra producción”.
Agregó que hasta ahora el producto no tiene un precio de referencia y se habla de que se pagaría apenas G. 2.000 el kilo. “Necesitamos vender a 10.000 el kilo para así poder aunque sea hacer estudiar a nuestros hijos, comprarles ropas para ir a la escuela. Ahora no hay nada y el costo de vida es muy caro. Por acá compramos aceite a 10.000 el litro; ya apenas podemos comer”, enfatizó. Ignacio Aguilar, otro pequeño productor, explicó que cultiva “la variedad IAN 425 porque tiene historia, hasta hoy no hay una variedad que le iguale. Cultivé el 7 de octubre pasado y ahora lo estoy cosechando, pero aún no tiene precio. Pedimos que el Gobierno le ponga un precio de G. 10.000 el kilo para que podamos comer un poco de carne aunque sea una vez al año”.