La Dra. Pía Britto, asesora de Unicef, en su visita a Paraguay para la realización de la presentación magistral “Primera infancia y su impacto en el desarrollo social”, expresó que en Paraguay se debe cambiar y ser arquitecto de un entorno saludable para los niños desde la familia, comunidad y ambiente; instó a una intervención temprana y a tener cuidado en los primeros 1.000 días, además de controlar la capacidad del niño a absorber nutrientes, proteger a los niños del estrés tóxico (violencia, abusos, agresiones), y por último, la estimulación temprana del cerebro, ya que esta es la base del aprendizaje y cumpliendo con las sugerencias el niño podrá desarrollar todo su potencial.
“Lo que necesita el cerebro en la primera infancia para un desarrollo saludable es salud, nutrición (lactancia materna, dieta diversa y alimentación frecuente para un desarrollo óptimo, vacunación, prevención de enfermedades y tratamiento), protección (de estrés tóxico, violencia, abuso, negligencia, peligros, ambientales, conflicto) y estimulación (hablar, jugar, leer, cantar, interacción cariñosa y sensible con un adulto amoroso, oportunidades de aprendizaje temprano de calidad)”, dijo.
PROTECCIÓN
En otro momento expresó que 2 de cada 3 niñas y niños entre 2 y 4 años experimentan regularmente algún tipo de disciplina violenta y agresión sicológica o castigo corporal en la casa, en América Latina.
Además, 43% de niñas y niños (250 millones) están en riesgo de no alcanzar su máximo potencial de desarrollo, 155 millones de niñas y niños tienen retrasos en el crecimiento, lo cual impide el desarrollo del cerebro; 29 millones de bebés alrededor del mundo nacieron en áreas de conflicto, expuestos al estrés tóxico, potencialmente inhibiendo conexiones cerebrales.
SALUD
Solo 1 de cada 3 niños y niñas menores de 6 meses de edad recibe lactancia materna exclusiva, la malnutrición crónica es 4 veces más alta en los hogares más pobres.