El consenso se suscitó en la sala de la Junta Municipal capitalina durante la sesión ordinaria que tenía como orden del día el debate y posterior aprobación o rechazo del proyecto impulsado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
Del mismo participaron representantes de familias ribereñas, como espectadores, y tras un largo análisis, la Junta Municipal homologó el convenio interinstitucional con miras a la futura construcción de la Costanera Sur. El proyecto fue derivado para su posterior aprobación al Poder Legislativo.
Dicho dictamen contempla el estudio de factibilidad social, ambiental y urbanístico del trazado definitivo y su impacto poblacional. El concejal Javier Pintos solicitó adherir un artículo a fin de precautelar las ocupaciones de las tierras que se puedan generar con esta construcción.
El punto más polémico en la cuestión es la solución habitacional que la comuna plantea. El edil Augusto Wagner expresó que las viviendas que se harán son para 2.500 familias del Bañado Tacumbú; pero en contrapartida se deja de lado a 7.500 familias del Bañado Sur, a ser afectadas por la obra. Mencionó que no existe un plan de contingencia que prevea el destino de estas familias expuestas a las inundaciones y subidas cíclicas del nivel del río.
Por su lado, el edil Federico Franco celebró el acuerdo, puesto que a su criterio “es una obra que los bañadenses esperan hace décadas”. Sin embargo, reconoció falencias a la hora de contener a las familias que quedarán fuera de algún resarcimiento.
La inversión es de US$ 120 millones, a la que se suman US$ 100 millones para las soluciones habitaciones para las familias vulnerables de la zona. La obra Costanera Sur se inicia en febrero del 2020 y la intervención será de 7,5 km, más 66 Há de refulado; incluye la construcción de 1.500 viviendas sociales y más de 2.500 familias beneficiadas.
El padre Pedro Velazco, fundador del Centro de Ayuda Mutua Salud Para Todos (Camsat), que opera desde hace años en el Bañado Sur, precisó que la construcción