POR ADRIANA ZACARÍAS, periodista adriana.zacarias@gruponacion.com.py)

Viajar en moto puede ser toda una aventura organizada al existir una “hermandad”. “Soy motociclista independiente Actualmente recibo a motoviajeros en la ciudad de San Ignacio, Misiones, desde hace más de un año, cerca de los dos”, explicó Francisco Torales. En la oportunidad, recibió la visita de dos colegas daneses (Andreas y Rasmus) que manifestaron que quedaron sorprendidos con la hospitalidad de los misioneros y halagaron las comidas típicas misioneras.

“Ellos venían para hacer camping y no pensaron que dormirían en mi casa. Destacan mucho la humildad del paraguayo, comparando con los demás países, ese calor humano que transmite el paraguayo”, señaló Torales.

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SER “MOTOVIAJERO” UN INTERCAMBIO CULTURAL

“Somos una hermandad, son códigos de motociclistas que manejamos. He recibido gente de Colombia, Uruguay, Argentina, Brasil. El mismo recibimiento tengo yo cuando salgo del país”, mencionó. Los daneses recorrieron en moto toda Sudamérica, encontraron curioso y delicioso al terere, aprendieron guaraní y admitieron aguantar poco el calor de Paraguay. Entre sus itinerarios, citaron a Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Colombia. Recorrieron más de 3 kilómetros desde Chile a Paraguay.

Llegando a la posada de San Ignacio Misiones, escalaron el cerro Santa María, más conocido como el Kurusu Cerro, cuya característica cobra relevancia en Semana Santa y días de devoción a la cruz, pues a él se encomiendan sus promesas los peregrinos que suben la cima en donde se hallan las 14 estaciones o vía crucis del calvario vivido por Jesús, antes de su muerte, según la tradición cristiana.

El cerro se eleva a 3 kilómetros y se sitúa a 527 metros sobre el nivel del mar. Subir a pie implica una hora, aproximadamente. En los días santos, cerca de 10.000 personas se acercan al lugar.

“La gente es muy amable y ofrece agua y comida. El único problema es el calor”, resaltó Andreas, agregando que en su país, Dinamarca, del continente europeo, como máximo llegan a los 25 grados. “Nos gusta mucho el terere porque es frío”, expresó Rasmus, por su parte. Como de costumbre, lo compararon con el mate de Argentina y Chile, donde no lo toman helado. Comentaron que en Dinamarca, ellos trabajan como ingenieros mecánicos. La licencia vacacional decidieron otorgarla a Sudamérica, y a su vez para conocer costumbres del Cono Sur.

Cima del cerro en Santa María, Misiones.

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