Ciudad del Este. Agencia regional.

El lunes se produjo el segundo incendio, en lo que va del año, en Hijazi Shopping de esta ciu­dad. En esta oportunidad, los bomberos pudieron controlar rápido el siniestro, mientras que el ocurrido el 4 de enero pasado fue de mayor propor­ción y llevó casi una noche aplacarlo. Dos incendios en un mismo edificio, en poco tiempo, refleja la realidad en el micro centro comercial, donde los edificios viejos son verda­deras “bombas de tiempo” en cuando a sus sistemas de segu­ridad y prevención, aseguran responsables del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ciu­dad del Este.

En el caso de Hijazi, “lasti­mosamente, los sprinklers (rociadores automáticos) no están instalados dentro de los depósitos y cuando se pro­duce fuego se activan, pero rocían solamente los pasi­llos, deberían tener también en los depósitos por las mer­caderías guardadas en esos lugares, del piso al techo”, refiere el teniente Wilber Espínola. Este hecho se repite en muchos otros locales.

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“En los edificios viejos la ins­talación eléctrica es la más precaria, son de hace muchí­simos años, hay cableados que ya no sirven, se mezclan los cables de red, de fibra óptica de internet, es un enjambre en Jebai, Lai Lai, Hijazi”, explica Espínola y agrega que en nin­gún edificio, después de los incendios, se tiene la predis­posición de mejorar las insta­laciones eléctricas.

El Cuerpo de Bomberos Voluntarios viene alertando desde hace mucho tiempo sobre esta realidad y, si bien los shopping más nuevos ya están mejor dotados en cuanto a prevención de incendio, muchas otras galerías hicie­ron solo parches a sus siste­mas y siguen incumpliendo muchas normas y recomen­daciones técnicas. La Muni­cipalidad de Ciudad del Este clausura los edificios cada vez que ocurre un siniestro, pero se reabre en forma inmediata.

COMUNA ADEUDA 8 MESES

“La comuna sigue en deuda con nosotros, en febrero o marzo pagaron un mes de los 11 meses que nos deben. No tenemos las condiciones para comprar equipos nue­vos, se comprometieron, pero de boca para afuera. Ojalá paguen, que los edificios se pongan en regla y nos permi­tan un trabajo más holgado”, dijo el teniente Espínola.

Por su parte, el capitán Andrés Fernández, titular del CBV, dijo que arriesgan sus vidas y no tienen esa con­sideración del propio Estado y mucho menos de la Munici­palidad.

“Hago un llamado al propio presidente de la Repú­blica, se nos va de la mano, gritamos, pedimos por nota por todos lados y no tenemos ningún retorno lastimosa­mente”, precisó y aclaró que están trabajando gracias a la comunidad. La comuna cobra una tasa a los contribuyentes para el aporte al Cuerpo de Bomberos Voluntarios y es ese fondo el que no se trans­fiere y por el cual reclaman.

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