Como cada 28 de abril, cientos de devotos de la beata paraguaya María de Jesús Sacramentado cerraron ayer la calle Santa Ana y la avenida Nuestra Señora de la Asunción –frente al convento y capilla de las Carmelitas Descalzas– para celebrar los 60 años “del dulce encuentro con Jesús” de Chiquitunga, en el marco de una celebración eucarística presidida por monseñor Edmundo Valenzuela. Cada uno de los devotos que llegaban para la celebración testimoniaron sobre la presencia de la futura santa paraguaya en sus vidas.
“A mí se me manifestó Chiquitunga al poco tiempo de casarme con una enfermedad grave que es la artritis reumatoidea. Estuve como un año sin poder caminar, renuncié a mi trabajo porque me dolía todo. Yo experimenté su cercanía cuando puso en mi camino a gente que me ayudó y hoy estoy aquí. De no poder caminar estoy corriendo detrás de ella.
Es una enfermedad autoinmune y que para la ciencia no tiene cura”, indicó Graciela Candia, de la orden de laicos Carmelo Seglar y es la primera en llevar el nombre de María Felicia de Jesús Sacramentado dentro de la orden.
La festiva jornada de los chiquitungueros o seguidores de quien en vida fue María Felicia Guggiari Echeverría inició a las 14:45, con la bienvenida y confesiones. A las 15:00 se realizó el rezo de la coronilla de la Divina Misericordia de Jesús y continuó con animaciones con cánticos, rezos, avisos y la proyección de audiovisuales. A las 17:30 empezó el rezo del Rosario y posteriormente la jornada cerró con la misa central.
TRANSMITÍA EL AMOR DE JESÚS
“Conversé con ella en varias oportunidades. Lo que más me cautivaba de ella era su alegría y el amor a Jesús que trasmitía. Estaba enamorada de Jesús y se notaba por la felicidad que siempre mostraba en su rostro”, comentó María Beatriz Ortigoza Maffiodo, hermana de la orden Teresiana, quien contó que tuvo la gracia de conocer a Chiquitunga en vida en el Monasterio Carmelita.
De las celebraciones participaron las hermanas sanguíneas de María Felicia, Magalí (82) y Amarú (70) Guggiari. “Ser la hermana de la futura santa paraguaya es una gran responsabilidad, tengo que encaminarme hacia ella. Yo no sé pedirle nada pero imagino que estará ocupada con los milagros por los que intercede”, indicó Magalí.