Por Carolina Vanni, periodista, carolina.vanni@gruponacion.com.py
Desde el 2014, Paraguay adecuó su legislación a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyendo en la Ley 5.016/14 aspectos específicos para reducir la mortalidad y morbilidad en siniestros viales.
No obstante, de acuerdo al último informe de Seguridad Vial de la OMS, Paraguay se sitúa entre los primeros países de la región con más fallecidos en siniestros viales, siendo el segundo país con mayor número de motociclistas muertos en accidentes y el sexto en la región con más siniestros viales. A nivel mundial, Paraguay se sitúa en el puesto ocho por la cantidad de motociclistas fallecidos.
Los cinco consejos estipulados por la OMS que están en la ley son el control de velocidad, la prohibición de conducir bajo los efectos del alcohol, el uso obligatorio de casco para motociclistas, la obligatoriedad del uso de cinturones de seguridad y, por último, de los asientos o retenes infantiles.
Sin embargo, Paraguay no tiene ninguna de las normas para vehículos, también recomendadas por la OPS, como la obligatoriedad de las bolsas de aire, de los frenos hidráulicos y de la eliminación de estructuras rígidas innecesarias.
Pero estas falencias no serían las causas de las alarmantes cifras de muertos en la vía pública, sino más bien la corrupción-impunidad generada por las coimas, que impiden que la ley caiga con todo su peso sobre los infractores.
“La coima es un mal endémico a nivel latinoamericano. En lo que refiere a seguridad vial es gravísimo. Esa combinación de oferta y demanda que hay sobre la coima por supuesto que incide porque se sale por lo más fácil y se mantienen los índices”, aseguró Luis Christ Jacobs, director de la Patrulla Caminera.
Para el director de Tránsito de la Municipalidad de Asunción, Luis Pereira, y para el jefe de Comunicaciones de la Policía Municipal de Tránsito de Asunción, el inspector Manuel Gamarra, la coima no es solo una falta del uniformado, sino también del ciudadano que ofrece.
“Desde la Municipalidad de Asunción se trata de combatir esos hechos de corrupción, pero es un tema difícil de controlar. Pero sí es una cuestión real que la gente trata de solucionar su falta de respeto a la reglamentación de tránsito bajo la mesa”, explicó Pereira.
Gamarra dijo que se dan muchas denuncias –por las redes sociales–, pero son reducidos los casos que llegan a las oficinas. Sin embargo, cuando existe una denuncia formal, se abre sumario y se desvincula a los inspectores que cometieron los hechos punibles.
INFRACCIONES CON CELULAR EN MANO
Christ Jacobs sostuvo que las rutas se están controlando y producto de ello es que cada semana ingresan en concepto de multas alrededor de G. 600 millones. Durante las observaciones, las fallas más comunes son la falta de la luz reglamentaria, el exceso de velocidad y conducir alcoholizado, entre otros.
“No podemos echarle toda la culpa a las instituciones si existen motociclistas sin casco, sin luces por la noche, así como gente que no gestiona su chapa, sus documentos para conducir. La sociedad no toma conciencia. La Ley de Tránsito busca nivelar la conducta pública de conducir, pero la gente cree que sabe más que la ley, estas personas no están en condiciones de conducir”, aseguró el director de la Patrulla Caminera.
En Asunción, la mayoría de las multas se genera por estacionamiento indebido, uso de celulares, exceso de velocidad y por no respetar las señalizaciones de cartelería y semafóricas. “La gente pasa de largo como si nada, pese a que las calles están señalizadas. Muchos accidentes se originan así y algunos graves. La gente maneja distraída con el celular en la mano y esas son causas de accidentes”, concluyó Pereira.