“La leche ya está vencida y ya no pueden tomar. Intentaron, pero no pudieron”, contó el cacique Francisco Benítez, del asentamiento indígena de Takuarusu, Caazapá. Son 60 chicos que concurren a la escuela y la merienda escolar que se les suele proveer está ligada a un antiguo censo y solo llega para 22 de ellos. Además, la escuela no tiene sillas ni pupitres.

A esto se suma que no consiguen que las autoridades respondan a sus pedidos de formalización de los docentes que enseñan en la institución. “Hacemos la salvedad de que las docentes hacen hasta lo imposible para cuidar de ellos”, contó una mujer que asiste solidariamente al cuerpo de maestras que interactúa con la comunidad indígena de Takuarusu, que también lucha por sus tierras.

Los originarios, que habitan un predio de la Empresa Golondrina, tendrían un convenio con el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) al respecto, explicaron que los maestros trabajan hace años ad honorem y no quieren dejar la escuela para no cortar el proceso de aprendizaje de los niños, que “viene siendo de un crecimiento sostenido”, indicaron.

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Otro problema grave que enfrenta la comunidad es que el sistema de Atención Primaria de la Salud (APS) ya no llega hasta la comunidad ni tampoco el sistema de asistencia de Tekoporã, por lo que en buena medida están librados a su suerte.

Los indígenas de Takuarusu viven en condiciones infrahumanas, en precarias viviendas, donde falta de todo y donde incluso las tierras no están tituladas. Según el censo del 2012, 375 comunidades indígenas declararon ser propietarias de tierras, aunque el 3,9% de dichas comunidades carecen de títulos, mientras que 134 comunidades declararon no tener tierras. Asimismo, 145 comunidades reportaron problemas en relación con la tenencia de la tierra tales como apropiación indebida de empresarios, invasión de campesinos, apropiación indebida por entidades públicas, superposición de títulos o alquiler o préstamo de tierras a terceros.

Desde la comunidad claman a las autoridades pertinentes mejorar sus condiciones de vida.

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