Ante el grave destrozo realizado por supuesta empresa restauradora de patrimonios, la Comisión Pro-Restauradora del Templo Yaguarón recurrió a especialistas internacionales de conservación de patrimonios, quienes brindaron un diagnóstico del estado en el que se encuentra la iglesia San Buenaventura. El informe arquitectónico señala que se realizó un grave daño en la intervención del 2015, que el desmontaje del cielo raso de la Sacristía no ameritaba por el regular estado de conservación de la estructura original y, con esto, se violaron las reglas básicas de intervención en edificios y obras de arte patrimoniales.
“Lamentablemente, esta obra singular fue gravemente dañada en la intervención llevada a cabo en el 2015, cuando se procedió al desmontaje del cielo raso pintado del techo de la sacristía, causando importantes problemas en la estructura de la obra, el tablazón y su policromía”, señala el documento realizado por una experta restauradora española y un arquitecto suizo, quienes realizaron el diagnóstico a la joya barroca, el mismo que fue presentado por la comisión Amigos del Patrimonio Cultural de Yaguarón ante la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) con el objetivo de detener las obras que estaban en camino de destrozar totalmente la Sacristía.
Según los expertos, los trabajos violaron las reglas básicas de intervención en edificios y obras de arte patrimoniales y que la actuación, lejos de solucionar los problemas constructivos, provocó problemas graves de conservación. Es decir, deformaciones en la estructura y el tablazón, roturas de muchas piezas, pérdidas de materia y capa pictórica, mal almacenamiento de las piezas desmontadas, dificultando así la solución adecuada.
“ERA UN ESPLENDOR”
“Yaguarón es todo, cada detalle, cada retablo, imagen, abertura; todo es una maravilla”, indicó Omar Demarchi, docente y arquitecto por la Universidad Católica de Córdoba, quien visitó por tercera vez el templo San Buenaventura de Yaguarón en el marco de un recorrido por las misiones guaraníes. “Este templo es único en el barroco paraguayo y me encuentro sorprendido ahora por su estado de deterioro. Yo conocí esta Sacristía en 1979, pero ahora está todo desmontado, la última vez que vi era un esplendor. Recuerdo que saqué tantas diapositivas porque no dejaba detalles sin fotografiar toda esta bóveda de madera”, finalizó.