- POR VIVIANA ORREGO
- Periodista
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El Paraguay es el único país donde el clericó está relacionado a la fiesta de la Nochebuena y la Navidad y eso ya está instalado en nuestra cultura, según Clemente Cáceres, promotor cultural de la Dirección de Acción Cultural de la Municipalidad de Asunción. Esta bebida frutal remojada en vino mezclado con jugo, gaseosa y sidra en estas fiestas estarán –como todos los años– en la mesa familiar de todos los paraguayos y también extranjeros residentes en el país que adoptaron esta costumbre.
“El clericó nació en la Roma antigua, el nombre se le fue dado en Inglaterra como Claret up y se pronunciaba como clericot. En los inicios de Roma, mediante la tradición celta se celebra hasta la actualidad –el 31 de octubre– una fiesta en honor de Samhain, también conocido como El Caballero de la Muerte. Los romanos en esa fecha hacían también una fiesta en honor de la Diosa de los árboles frutales, donde compartían una bebida frutal remojada en vino tinto durante todo el día y toda la noche, hoy es conocido como el clericó”, explicó Cáceres.
A finales de 1700 el clericó llegó al Río de la Plata y se popularizó en la Argentina y en Uruguay, en estos países era considerada una bebida de verano.
ELABORACIÓN
Luego de pelar, lavar y cortarse todas las frutas en pequeños cubitos –o dependiendo del gusto– se procede a hacer una ensalada con todos los ingredientes, como la manzana, la uva, piña, naranja, kiwi, durazno, melón y banana, se les agrega jugo de naranja, gaseosa, sidra –si se quiere– y vino tinto. Con una buena mezcla, se le agrega hielo y se deja enfriar. Martínez recomienda consumir en clericó dos horas antes de la cena para no dañar la digestión, en el caso de que se consuma antes de las dos horas se recomienda evitar banana y melón al preparado. Existen tres clases de clericó: una es solo frutas y vino tinto. Otra con jugo o gaseosa y menos vino y por último la ensalada de frutas que se prepara para los niños.