En el marco de una celebración religiosa que duró más de dos horas, ayer quedó consagrado a la Madre del Buen Consejo el templo erigido por la Fundación Virgen de Fátima, de la congregación de los Heraldos del Evangelio. La solemne celebración estuvo a cargo del obispo de la Diócesis de San Lorenzo, monseñor Joaquín Robledo, quien ungió el altar y los bendijo, de modo a que allí quede para siempre la presencia del Santísimo Sacramento.
La bendición de las paredes, cimientos y todo el templo se realizó en el marco de los ritos propios de la consagración de un templo. Pese al sofocante calor, cientos de fieles llegaron hasta el predio ubicado en Ypacaraí, a la altura del km 45. El sitio está rodeado de una exuberante naturaleza, un bosquecillo y un lago artificial. En el mismo predio está ubicado el hospicio para los que se encargarán de la atención espiritual de quienes recurran hasta el colosal templo.
En el altar consagrado ayer reposan las reliquias de varios santos de la Iglesia Católica, entre ellos San Calixto, Santa María Goretti y otros. La consagración también incluyó la incenciación, el revestimiento del altar, la iluminación y otros ritos practicados en ceremonias de esta índole. “Que los pobres encuentran aquí misericordia y los oprimidos alcancen la verdadera libertad, y todos los hombres sientan la dignidad de ser hijos tuyos, hasta que lleguen, gozosos a la Jerusalén celestial”, dijo en un momento el celebrante, tras la oración de dedicación del templo a la Madre del Buen Consejo.
La misa cantada fue acompañada por el coro de la congregación, que entonó todas las canciones en latín, incluso los salmos, dando mayor solemnidad a la celebración, que congregó a cientos de fieles, muchos de ellos ya no pudieron ingresar al templo y debieron seguir la celebración desde las afueras, bajo toldos colocados con pantalla gigante para no perderse de los detalles. “El altar ungido en los cuatro ángulos y en el centro trazadas cinco cruces con el crisma que simbolizan místicamente las llagas del Salvador. La unción de la Iglesia significa que se la dedica plena y perpetuamente para el culto cristiano”, manifestó monseñor Robledo, al consagrar el imponente templo de estilo gótico.