“Intenté escapar porque tengo pedido de extradición de la justicia brasileña”, contó el presunto narco, considerado mano derecha de Fernandinho Beira Mar, el peligroso líder carioca del Comando Vermelho, apodado “emperador de Río de Janeiro”, condenado a 30 años de prisión en su país.
Néstor Báez Alvarenga (57) estaba prófugo desde hacía 15 años, y apenas advirtió la presencia policial buscó saltar la muralla de su lujosa vivienda en el barrio Los Laureles, pero la rápida respuesta de los agentes se lo impidió.
“Bastaba solo con tocar el timbre”, dijo para definirse a sí mismo como “un hombre de bien” que hizo dinero con una empresa de transporte. Negó los cargos de narcotráfico y lavado de dinero, señalando que se lo vincula a estos delitos por haber habitado en la frontera con Brasil. El procedimiento a cargo de la fiscala Alicia Sapriza fue a un pedido de extradición que llegó desde el Brasil por un caso de “Tráfico Internacional de Drogas”.
El comandante de la Policía, Bartolomé Báez, se apersonó a verificar el operativo a cargo del comisario Gilberto Fleitas, jefe del Departamento contra el Crimen Organizado. Este último explicó que la vivienda allanada cuenta con un avanzado sistema de monitoreo, con cobertura no solo en el perímetro de la propiedad, sino que tiene instaladas cámaras a varias cuadras del lugar.