El Programa Nacional de Control de Zoonosis y Centro Antirrábico Nacional ofrece el diagnóstico de la leishmaniasis visceral canina (LVC), completamente gratuito, de lunes a viernes de 7:00 a 22:00, y fines de semana y feriados de 7:00 a 19:00, en el campus de la Universidad Nacional de Asunción, ubicado en la ciudad de San Lorenzo.
El diagnóstico temprano es clave para controlar esta enfermedad. Por ello, el Programa Nacional ofrece diagnósticos gratuitos mediante la técnica RK39, una herramienta precisa y rápida. Las muestras son tomadas por orden de llegada, con horarios de atención diseñados para garantizar el acceso a todos.
La LVC, causada por el protozoo Leishmania infantum, se transmite a través de la picadura de un insecto conocido como flebótomo, que al alimentarse de la sangre de un perro infectado adquiere el parásito y lo propaga al picar a otros perros o incluso a humanos.
El centro hace un llamado a la ciudadanía a llevar a sus mascotas para un diagnóstico preventivo, subrayando la importancia de proteger tanto a los animales como a la comunidad. El Programa facilita orientación sobre la enfermedad y los riesgos de la misma. También realiza el diagnóstico laboratorial a los perros a partir de los 6 meses de vida.
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Signos y síntomas
Los signos clínicos de la LVC son variados y pueden presentarse de forma gradual, entre los más comunes se incluyen:
• Pérdida de peso progresiva.
• Lesiones cutáneas (alopecia, descamación, ulceraciones).
• Crecimiento excesivo de las uñas (onicogrifosis).
• Linfadenopatía (ganglios linfáticos inflamados).
• Epistaxis (sangrado nasal).
• Problemas oculares (conjuntivitis, queratitis, uveítis).
• Afectación renal y hepática en etapas avanzadas.
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Prevención
Para reducir el riesgo de infección en perros y evitar la propagación de la enfermedad, se recomienda:
• Uso de collares o pipetas con insecticidas repelentes de flebótomos.
• Reducción de la exposición a vectores mediante la restricción de actividad nocturna.
• Mantener limpios los espacios habitados por perros y libres de materia orgánica en descomposición, que favorece la proliferación de flebótomos.
• Evitar que los perros duerman al aire libre en zonas endémicas.
• Realización de controles veterinarios regulares para detectar signos tempranos de la enfermedad.