Para la Iglesia católica, el 2025 es uno de los años más esperados, ya que se celebra el año jubilar o año santo, tiempo que se considera de gracia y renovación a través del perdón entre los creyentes.
Este jubileo, que lleva el lema Peregrinos de esperanza, comenzó el 24 de diciembre de 2024 con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y se extenderá hasta el 6 de enero de 2026 con la última apertura.
Durante este periodo, la Iglesia católica se centra en consolidar la fe y la solidaridad, por lo que concede también indulgencias o el perdón de los pecados a todos aquellos que hagan obras de caridad y atraviesen algunas de las puertas santas.
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Esta tradición católica la instauró el papa Bonifacio VIII, celebrándose el primer año jubilar en 1300; el objetivo del mismo es que fuera un período especial de reflexión y penitencia en el cual los peregrinos que visitaran Roma pudieran fortalecer su relación con Dios.
Ya en 1450, los años jubilares ordinarios se empezaron a celebrar cada 25 años y en 2016 el papa Francisco hizo uno extraordinario y lo llamó año de la misericordia, confirmando a su vez la celebración tradicional del año jubilar este año.
Cómo obtener la indulgencia
Teniendo en cuenta que en este año tienen la oportunidad de obtener la indulgencia plenaria, es decir, un perdón total de todos los pecados que se han cometido y confesado luego de seguir los siguientes pasos:
Peregrinación a Roma para visitar las cuatro basílicas papales: San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. La entrada por las puertas santas simboliza el paso del pecado hacia la misericordia divina.
Confesarse, recibir la sagrada comunión y rezar por las intenciones del papa. Llevar a cabo actos de caridad como ayudar a los necesitados, visitar a los enfermos y ser justos y solidarios.
Tacumbú
Si bien las celebraciones centrales se llevan a cabo en Roma, en diferentes puntos del mundo también se celebra el jubileo. Es así que ayer sábado en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú el cardenal Adalberto Martínez llevó adelante una ceremonia de apertura del año jubilar.
“El señor quiere nacer y renacer en nuestros corazones y por eso debemos de agradecer. Y la luz de Dios nos da esa esperanza de las cosas buenas que estábamos esperando y nosotros sabemos que Dios no nos defrauda. Nuestra fe, nuestra esperanza y caridad es la mejor ofrenda que le podemos dar hoy aquí al señor”, remarcó el cardenal en medio de una homilía marcada por la esperanza de un mejor porvenir de la mano de Dios.
Destacó que el propio papa en el marco del jubileo ha ingresado a un centro penitenciario para conmemorar la apertura de las puertas santas y así acompañar también a los privados de libertad dando un mensaje de amor y acompañamiento a todos quienes creen y se encuentran en situación de dificultad.
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