Aunque este año la presencia de feligreses fue muchísimo menos que años anteriores debido al mal tiempo, igual mucha gente llegó hasta la capital espiritual del país.

Y como todos los años, la festividad de la Inmaculada Concepción no solo congrega a los fieles para las misas y peregrinaciones, sino además aprovechan que están en la Villa Serrana y tras dar gracias a la Virgen hacen su paso por la romería, por el mercado y también por los puestos para buscar algún recuerdo y distraerse.

La noche previa a la festividad de la virgen suele ser de mucho jolgorio, pues las peñas se realizan prácticamente en cada esquina. Los cansados peregrinos encuentran en los bares la bebida no solo para refrescarse, sino además para levantar fuerzas.

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La romería ubicada a cuadras de la basílica o la plaza, así como también las calles son los lugares de encuentro de los promeseros, donde descansan y pasan un momento antes de volver.

El parque de diversiones no era solo para los niños, también los adultos disfrutaron de él. Muchos juegos y puestos se vieron vacíos debido a que no acudió la cantidad esperada de feligreses a la festividad,

Mientras que al terminar las celebraciones, otro de los puntos de encuentro fue el Tupasy Ycuá, donde los creyentes hicieron del agua milagrosa para curar los males que aquejan más al alma que al cuerpo,

Uno de los deberes de todo peregrino es encender una vela, para agradecer a la Virgen. Algunos peregrinos ya llevan el paquete, mientras que la mayoría compra a uno de los tantos vendedores que están apostados en las inmediaciones buscando hacer su agosto.

Una de las costumbres es dejar un rato, rezar el Padrenuestro y Avemaría, luego apagar la vela y llevarla de vuelta, para usarla en los momentos de aflicción

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