Como en otras ocasiones, la inclemencia climática no fue impedimento para que los fieles cristianos lleguen hasta la Villa Serrana para pagar su promesa o simplemente para dar gracias por los favores o las gracias recibidas.
Desde distintos puntos del país, algunos a pie, otros en colectivo y también en vehículo particular, los fieles católicos llegaron hasta la capital de la fe paraguaya para honrar a la Inmaculada Concepción, más conocida como la Virgen de Caacupé.
Sin distinción de edad ni sexo, los promesereos llegaron, chicos, jóvenes y adultos, todos con fe, la devoción y la esperanza. Para los creyentes, estar junto a la Virgen de Caacupé en este día especial es la mejor manera de agradecer por su bendición en este año que va terminando.
“Es muy emocionante estar junto a ella en este día. Cada uno le agradece y le sirve como puede”, dijo una promesera que llegó desde Misiones, caminando desde el desvío de Piribebuy. Sofía tiene 49 años y viene caminando con sus hijos para agradecer que terminaron los estudios, uno en la universidad y otro del colegio.
Protegidos con paraguas o con pilotonines, la gente llegó en las últimas horas utilizando distintos métodos: a pie, en auto, colectivo, bicicleta, caballo y carreta. Los que llegaron más temprano pudieron descansar algo antes de emprender nuevamente regreso.