Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Eran alrededor de las 4:30 del lunes 8 de octubre del 2018, cuando los residentes de la citada calle Oliva, en pleno centro de Asunción, despertaron con un fuerte olor a muerte. Este desagradable hedor provenía de una antigua casona que parecía abandonada, donde un enjambre de moscas se aglomeraba en la puerta principal que daba hacia la calle y eso hacía más perturbadora la situación.
Debido a la situación, dieron aviso a la Policía. Rápidamente llegaron hasta la vivienda agentes de la Policía Nacional que pudieron constatar el fuerte olor y tocaron el timbre, pero ante la agobiante situación decidieron forzar el portón e ingresaron a la propiedad. Lo primero que hicieron fue ir hasta la puerta principal de la casa, donde encontraron escombros, moscas y el primer cuerpo.
Este sería de Julio Rojas, padre de Dalma. El hallazgo fue bastante perturbador porque, según vecinos, el sábado 6 de octubre, un grupo de jóvenes estaba compartiendo un encuentro dentro de la casa y el cuerpo tenía rasgo de que ya llevaba varias semanas en el sitio.
Más muertos
Los intervinientes siguieron con las indagaciones y al fondo en un baño de la casa encontraron un piso de cemento que era bastante nuevo, en ese lugar encontraron tres cuerpos más, dos mujeres y un niño. En otra fosa, frente al baño, se encontró el cuerpo del otro niño.
Estos cuerpos estaban en total estado de descomposición. El asesino derramó cal a sus víctimas para evitar los olores y que la putrefacción se acelere. Finalmente, estos fueron identificados por la mascota de la familia que salió en la televisión y que sería una perra que habría sido adoptada de un grupo de rescate por la joven Dalma Rojas Rodas, de 23 años.
Los miembros de este grupo dieron detalles de cómo sería Dalma y todos los datos coincidieron con la descripción. De esta forma, se pudo constatar que la joven vivía en el lugar junto con su madre, Elba Rodas, sus dos hijos de solo 4 y 6 años, y su novio, Bruno Marabel.
Esto pasó
Según las agentes fiscales Stella Mary Cano y Esmilda Álvarez, la joven asesinada se dedicaba al kickboxing, era bastante buena en este deporte e incluso ganó varias competencias y en este ambiente es que conoce a Bruno, de 18 años. Desde ese momento comienzan a entrenar juntos, lo que llegó a que nazca una relación de parejas a principios del 2017.
Todos coinciden en que hacían una buena pareja, y Bruno se llevaba muy bien con los niños. Se casaron en enero del 2018, todo iba bien hasta el 29 de setiembre a las 2:00. Según las investigaciones del caso, ese día el joven salió de su trabajo y fue directo a su casa sobre la calle Oliva.
Las pericias indican que ese 29 de setiembre, Marabel asesinó a Dalma mientras dormía. Ella recibió un fuerte golpe en la cabeza y varias estocadas. Se presume que los ruidos despertaron a Elba, quien dormía con los niños en otra habitación, y fue a ver qué pasaba, pero fue emboscada y asesinada de varias puñaladas.
Los niños fueron los siguientes en correr con la misma suerte. Los cuerpos fueron sepultados con objetos que les pertenecían, como juguetes, cobijas y ropas.
Más datos
Las fiscales demostraron que el joven envió mensajes y audios, para crear una coartada, pero en uno de los audios se pudo escuchar cómo una de sus víctimas agonizaba. Esta fue una prueba clave que usó en el juicio en su contra.
Cerca de las 3:30 volvió a salir de la casa y se encontró con unos amigos, quedó registrado en el GPS que recorrió en zona del Palacio de Justicia, en Sajonia, luego fueron a un bar, pero como todo estaba cerrado, fueron a un restaurante que eran muy conocidos por abrir las 24 horas, donde se tomaron una foto.
A las 7:00, del mismo día, se presentó en una ferretería y pidió que le acerquen hasta la casa bolsas de arena, cal y cemento. Aparentemente, ayudado por una carretilla, llevó los cuerpos hasta el baño donde los colocó y derramó cal. Ese mismo día, a las 15:00, invitó a Alba y Araceli a la casa, pero solo estuvieron un momento en el sitio.
Desde ese momento, Araceli, la nueva novia de Bruno y compañera de trabajo, vivió con él en la casa y no sospechaba lo que había pasado, lo que hizo pensar que era cómplice del crimen. El joven vendió algunas cosas de la familia asesinada y durante esa semana la pareja iba y venían juntos del trabajo.
El crimen de Julio
El 2 de octubre, Julio Rojas, otra víctima, fue a un quiosco de la zona y la persona que atendía le indicó que hace varios días no veía a su hija. Esto preocupó al hombre, que en reiteradas ocasiones intentó contactar con sus familiares y no lo logró. Esto quedó registrado en videos de cámaras de seguridad del local.
El hombre tenía una orden de restricción y no podía acercarse a la antigua casa, pero ese día igual fue a ver qué pasaba, entró por el estacionamiento y estaba totalmente vacío. Poco después, llega Bruno junto a su pareja y comienza una discusión con el hombre. Araceli decide volver al trabajo y los deja solos.
La discusión pasó de los gritos a los golpes y Bruno lo asesinó de siete puñaladas en el pecho. Luego llamó a la ferretería para que le entreguen más cemento y arena, esta vez eligió otro desnivel de la casa para sepultar a su suegro, pegado a la puerta que da a la calle, y que finalmente delata el crimen.
En uno de los bolsillos de Julio Rojas, los investigadores encontraron una servilleta que tenía las iniciales de D y B, y pedía ayuda para los niños.
Condenado a 40 años
Un Tribunal de Sentencia integrado por los magistrados Gloria Hermosa, Alba González y Gloria Garay condenó a Bruno Marabel luego de ser encontrado culpable por el hecho punible de homicidio doloso agravado, por lo que aplicaron la máxima pena de 30 años de cárcel.
Además, para evitar que salga antes de tiempo, se le otorgó 10 años como medida de seguridad, totalizando así 40 años de pena privativa de libertad. Bruno Marabel fue encontrado como único culpable de los crímenes, su pareja Araceli fue detenida, pero luego liberada.
Tras un pedido de apelación, la sala Penal de la Corte Suprema de Justicia rechazó el recurso de casación presentado por la defensa técnica de Bruno Javier Marabel y, por ende, confirmó la condena de 30 años de cárcel y 10 años de medida de seguridad por el quíntuple homicidio. El fallo tiene la firma de los ministros de la máxima instancia judicial Luis María Benítez Riera, Carolina Llanes y Manuel Ramírez Candia.
DATOS CLAVES
- El 8 de octubre de 2018 se descubrió el horrendo crimen que marcó a todos los vecinos que residen sobre la calle Oliva de la Asunción.
- Ese día, un fuerte olor dio aviso de que toda una familia había sido asesinada por un integrante, el marido de una de las cinco víctimas.
- El único autor de los crímenes, Bruno Marabel, fue condenado a 40 años.