Al mediodía de ayer martes se reportó el fallecimiento de una beba de 10 meses en el barrio Santa María de Encarnación. La pequeña vivía en compañía de su madre y su tía, quienes en varias ocasiones habrían sido denunciadas por los vecinos en la comisaría por organizar fiestas con numerosos hombres en su vivienda y no atender a sus hijos.
Una vecina, que pidió no ser identificada, conversó con la corresponsal de Nación Media, Rocío Gómez, y manifestó que en la vivienda habitan dos hermanas, una de 18 y otra de 21 años, quienes tienen tres hijos: un bebé de 8 meses (hijo de la hermana menor), una niña de 3 años y la beba de 10 meses que falleció (hijas de la hermana mayor). La misma remarcó que constantemente los menores se encuentran en estado de abandono.
“El domingo, nada más, fuimos hasta la vivienda porque escuchamos el llanto desesperado del bebé, se escuchaba desde nuestra casa. Como estaba abierta la puerta, entramos y le encontramos en el suelo boca para abajo, se había caído de la cama, estaba sola en la pieza, su mamá le dejó ahí. En la pieza contigua estaba la mamá de la beba que falleció, pero estaba dormida, al parecer, y dijo que no escuchó nada, pero era imposible no escuchar los llantos”, relató la vecina.
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La mujer manifestó que inclusive habrían notificado de la situación en la que estaban los menores a la comisaría de la zona y a la Codeni para que pudieran intervenir, y si bien fueron hasta el lugar, mencionaron que estaban bajo el cuidado de sus madres y los dejaron nuevamente en la casa, expuestos a que fueran abandonados nuevamente por las mujeres.
“Ayer, la mamá de la beba que falleció llegó llorando a mi casa y le pidió auxilio a mi mamá, le dijo que su hija no respiraba. Mi mamá le miró a la beba que ya estaba toda pálida y le pidió a mi padrastro que le lleve al hospital de urgencia. Ahí confirmaron que la bebe ya estaba muerta y que habría sido una muerte súbita, ya que no tenía señales de violencia, pero la verdad es que deberían de investigar la situación de esos pequeños”, remarcó la vecina.
Según la denuncia de la misma, la vivienda sería utilizada por las mujeres como un burdel, donde tanto las mujeres como los hombres que la frecuentan se alcoholizan e inician interminables fiestas, dejando expuestos a los menores a cualquier tipo de circunstancias.
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