Tras un largo período de búsqueda, la Policía logró localizar al propietario de Steven Automotores identificado como Denis Steven Bareiro Chávez, de 31 años de edad, quien contaba con cinco órdenes de captura asociadas al sonado caso de estafa múltiple en la venta de automóviles en el departamento Central.
“En la madrugada de hoy pudimos dar cumplimiento a las órdenes de captura en contra de esta persona. Se encontraba en la ciudad de Itá, en barrio Centro en la vía pública”, informó el comisario Hugo Grance, jefe del Departamento de Investigaciones de Central a C9N.
Detalló que la detención del sujeto se dio en el marco de las investigaciones por estafa en perjuicio de varios propietarios de vehículos que involucra a la citada firma. “Recordarán que se había realizado varios procedimientos de allanamientos, inclusive de un juzgado de Paz. Él tenía como cinco órdenes de captura entre estafas, producción de documentos no auténticos, desacato. Pudimos dar con él y en este momento ya se encuentra a disposición de la Fiscalía que entiende la causa”, explicó.
Durante el procedimiento efectuado este lunes se incautaron chequeras de varios bancos, documentos personales y pertenencias particulares del aprehendido, entre ellas su teléfono celular. Todas las evidencias fueron puestas a disposición del Ministerio Público.
“No mencionó absolutamente nada, se le exhibió la orden de detención en contra de él y acompañó al personal policial tranquilamente. Y tengo entendido que el juez de Paz que emitía las órdenes también ya está procesado como también el oficial de Justicia que operaba con este esquema”, puntualizó.
El policía sostuvo que con el apresamiento del dueño del negocio “va cerrándose el círculo” en cuanto a personas involucradas en ese esquema de estafas a las víctimas. Aproximadamente 300 personas denunciaron a Steven al verse perjudicadas por el esquema en que la firma entregaba vehículos con el sistema GPS activado y recuperaban al poco tiempo de los compradores, alegando atrasos en el pago de las cuotas.
Sin embargo, eran los dueños de la playa de vehículos quienes se ausentaban de los locales, impidiendo que se pague la cuenta y así entablar la demanda y con la connivencia de un juez recuperaban los rodados que nuevamente eran vendidos a otros clientes.
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