Ciudad del Este. Agencia Regional.
En el marco de la reinserción social y laboral de las personas privadas de libertad, el Centro de Rehabilitación de Mujeres “Juana María de Lara” de Ciudad del Este apunta a un buen resultado, según los datos proveídos a La Nación/Nación Media, por su directora Lourdes Nelsi. Unas 65 mujeres de la cárcel de mujeres, de las 75 que están hoy, tienen algún trabajo que les genera ingresos y aportan a sus hogares.
De las 65 mujeres privadas de libertad que tienen algún trabajo, 38 son trabajadoras de una empresa textil que tiene convenio con el Ministerio de Justicia para la instalación de su taller dentro del penal, donde sus operarias son las mujeres procesadas o condenadas que cumplen con su prisión en el Centro “Juana maría de Lara”. Trabajan en costura haciendo indumentarias para médicos y médicas, en un horario de ocho horas diarias.
Otras mujeres trabajan en el cultivo de suculentas, fabricación de velas, manualidades varias y productos reciclados. En el caso de las suculentas, las mujeres son capacitadas previamente sobre todo el proceso, desde colocar el sustrato, germinar, hacer la muda y tener preparada para la venta.
“La mayoría de las mujeres que se encuentran en el Centro de Rehabilitación, Reinserción Social y Laboral son proveedoras de su hogar y todas ellas aportan para la manutención de sus familias; es muy gratificante ver sus rostros cuando reciben su dinero por el trabajo en la fábrica o por la venta de sus productos”, explicó la directora Lourdes Nelsi.
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Igualmente, mencionó que el estudio es un aspecto fundamental y por eso está el grupo de quienes son parte de la enseñanza, ya sea para su alfabetización o para completar su educación media. “Hay quienes llegaron sin poder leer o escribir sus nombres, entonces buscamos que puedan hacer los cursos de alfabetización de adultos”, refirió la directora de “Juana María de Lara” de Ciudad del Este.
Remarcó que casi la totalidad de las mujeres están en grupos de trabajos, de estudios, o en la tarea de actividades de mantenimiento del centro, como limpieza y otras tareas. “También hay quienes trabajan como lavanderas de la ropa de sus propias compañeras que no pueden, porque están en la fábrica textil y con eso también ganan su dinero”, apuntó Lourdes Nelsi. Las que no están en ningún trabajo son las nuevas.
Capacitación permanente
La capacitación es permanente para que las mujeres privadas de libertad adquieren los oficios necesarios que luego les va a servir para reinsertarse a la sociedad, según la directora. En tal sentido, en la actualidad está en ejecución un curso de cosmetología mediante un convenio con el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), al que están asistiendo 17 mujeres.
“El objetivo es que puedan reinsertarse a la sociedad y para eso buscamos que ese ser humano que llega en pedacitos podamos juntar todas las piezas para que vuelvan a sentirse íntegras, valoradas y útiles a la sociedad. Para eso contamos con apoyo de instituciones públicas y privadas, así como de congregaciones religiosas. El trabajo penitenciario no puede resultar si no tenemos apoyo de la sociedad y de organizaciones”, manifestó la directora Nelsi.
Algunas claves
- * De 75 mujeres privadas de libertad, 65 realizan un trabajo que les genera renta.
- * De 65 mujeres que trabajan, 38 lo hacen dentro del taller de una fábrica textil que funciona dentro del Centro de Rehabilitación.
- * 17 mujeres están participando de un curso de cosmetología mediante convenio con el SNPP.
- * La mayoría absoluta de las mujeres privadas de libertad son proveedoras de sus hogares.
- * Costura para producción de indumentarias para médicos, producción de suculentas, elaboración de velas, manualidades varias son las ocupaciones que les genera ingresos a las MPL.
- * Trabajo con otras instituciones públicas y privadas es fundamental.
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