En la mañana de este sábado se habría dado el deceso de Agustín Ramón Martínez Martínez, alias “Soldado Israelí” en el interior de la penitenciaría de Tacumbú.

La víctima fatal habría manifestado fuertes dolores en el pecho cuando se presentó a la enfermería de la prisión, motivo por el cual fue trasladado hasta el Hospital de Barrio Obrero, donde ya llego sin signos de vida, según las autoridades del recinto penitenciario.

Si bien por disposición fiscal el cuerpo será sometido a una autopsia para determinar a cabalidad el motivo de la muerte de Martínez Martínez, considerando que los síntomas son de una muerte súbita.

Según el informe de los médicos, Martínez Martínez presentó síntomas de un infarto, de acuerdo a la inspección preliminar realizada por los médicos que lo asistieron, por lo que fue traslado a un centro asistencial.

Martínez Martínez fue condenado por un Tribunal de Sentencia a 30 años de cárcel, más 10 años de medida de seguridad, totalizando así 40 años de pena privativa de libertad tras ser encontrado culpable por homicidio doloso por el crimen del abogado Lucilo Cardozo. El mismo cumpliría recién la totalidad de su pena el 23 de mayo del 2048.

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Los jueces Gerardo Ruiz Díaz, Hugo Ríos Alcaraz e Hilario Bustos, mencionaron que se probó en juicio oral la responsabilidad de Agustín Martínez en el homicidio de Cardozo.

Si bien no hubo testigos del hecho, sí se presentaron elementos de prueba como el informe del GPS de la camioneta de la víctima, así como el cruce de llamadas entre el abogado asesinado y su esposa que dan fuertes indicios de que el acusado Agustín Martínez es el responsable del homicidio de Cardozo.

Antecedentes

Agustín Martínez ya estuvo durante seis años –desde el 2009 y liberado en el 2015– recluido por estar implicado en un triple homicidio, cuando hallaron cuerpos incinera­dos en un horno. En aquella oportunidad fueron víctimas el político Ricardo Cabello y dos de sus empleados, Hilario Marecos y Alberto Medina.

El caso tomó mayor trascen­dencia cuando se confirmó que los cuerpos de los tres hombres fueron incinerados en un horno para carbón, un patrón que se repetiría con el caso del abogado de Paraguarí.

Pero no era su único antecedente, en aquella ocasión se informó que el hombre ya había realizado delitos similares en Misiones, Argentina y Quiindy, donde habría pro­cedido de la misma manera.

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