Los restos del conductor boliviano Andrés Gareca Durán llegaron por la noche del martes pasado a Santa Cruz (Bolivia), poco después de su repatriación en una ambulancia desde Paraguay, mientras su familia realizaba un velatorio simbólico en su domicilio. Según medios del vecino país, sería el cuarto o quinto fallecido entre los más de 400 cisterneros que están varados en la ciudad de San Antonio hace tres semanas.
El chofer de un cisterna de combustible había salido de su país el 12 de marzo y se encontraba esperando para cargar combustible, cuando por la madrugada del 6 de abril falleció de un infarto, dos días después de ser internado en el hospital de Ñemby. Su hija vino a Paraguay para encargarse de los trámites de repatriación y la empresa para la que trabajaba el hombre se hizo cargo de los gastos.
“Yo pienso que él está de viaje y que algún día va a volver. Aunque a veces no le daba el tiempo ni para venir a la casa”, dijo Lourdes Padilla, esposa de Gareca Durán, entrevistada por Red Uno de Bolivia, a quien el lunes o martes últimos le tocaba turno para acceder la carga de diésel, pero “él se molestó [...] Le entra un estrés y se desesperaba”, agregó la mujer.
Además de Andrés Gareca Durán, de 67 años, el hospital de Ñemby confirmó el deceso de Boris Vega, de 48 años, otro chofer varado en San Antonio, el pasado 17 de marzo. En tanto, cerca de las 13:00 del martes 9 de abril, Gildardo César Jerez Mendoza, de 63 años, fue encontrado sin vida en la cabina de su camión por sus compañeros, en el predio del estacionamiento de camiones de la empresa Avispón SRL.
Aparte de estos tres fallecidos no trascendieron los datos de las otras presuntas víctimas, que habrían perecido en el camino de retorno. La extendida situación de espera deriva del envío anticipado a Paraguay de los cisterneros por parte de las empresas privadas de transporte que prestan servicio a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), sin tener la orden de importación que debe otorgar la petrolera estatal de Bolivia para la carga de combustible en la planta de Puma Energy en San Antonio.
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