Mediante un operativo desplegado en el transcurso de esta tarde en la compañía Tristán Salazar del distrito de San Juan Bautista, departamento de Misiones, se concretó la incautación de un total de 350 kilos de cocaína, cuyo precio en el mercado americano alcanzaría la suma de 11 millones de dólares.
El procedimiento estuvo a cargo de agentes de la Unidad de Inteligencia Sensible Antinarcóticos y Hechos Punibles conexos y de la Fuerza de Operaciones Especiales. De acuerdo al informe policial, mediante técnicas investigativas, se logró determinar la existencia de una supuesta organización criminal dedicada al tráfico de estupefacientes prohibidas por la Ley N° 1340/88 y su modificatoria Ley N° 1881/02, específicamente cocaína por vía aérea.
De acuerdo al relato, los integrantes del grupo se encontraban realizando tareas logísticas de reabastecimiento de combustible a una aeronave con la matrícula boliviana CP 1188, en la cabecera de una pista clandestina, ubicada dentro de una propiedad rural.
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Detalla también que las tres personas quienes custodiaban cargamento de droga, al percatarse de la presencia policial, se dieron a la fuga internándose en una zona boscosa. Agregan que el procedimiento sigue en curso con la realización de rastrillajes para dar con los miembros de la organización. Asimismo, se aguarda además la llegada de una comitiva de fiscales provenientes de la ciudad de Asunción.
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Remansito: incautan un automóvil en el que trasportaban cocaína para 36.000 dosis
Tras un trabajo de investigación y seguimiento, los agentes de la Dirección de Operaciones Urbanas de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) llevaron adelante un operativo, el cual concluyó con la incautación de una importante cantidad de cocina que tenía como destino el departamento central.
Según el informe de los intervinientes, el procedimiento se llevó a cabo en Kilómetro 30 de la ruta PY-09, zona de Remansito, en la madrugada de este lunes, donde se encontraba un automóvil de la marca Toyota, modelo Premio, de color gris, abandonado. El vehículo había sido identificado durante una investigación de posible tráfico de drogas.
Una vez abierto, el rodado fue inspeccionado por los agentes, quienes hallaron en el interior 5 paquetes que contenían un total de 5 kilos 160 gramos de pasta base de cocaína. Esta cantidad de droga representa 36.000 dosis de chespi, que iban a ser puestas a disposición de niños, adolescentes y jóvenes en todo el Departamento Central.
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Según los indicios obtenidos por los agentes de la Senad, los ocupantes del vehículo posiblemente notaron la presencia de los intervinientes en la zona, por lo que, decidieron abandonar el automóvil y la carga. Ahora se trabaja en la identificación de los ocupantes del vehículo, que al menos serían dos personas.
Todo lo actuado fue comunicado a la fiscal Norma Paredes, de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico de Villa Hayes, quien dispuso el traslado del rodado y las drogas a la Base de Operaciones de la Senad para que se dé seguimiento a las tareas investigativas correspondientes.
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Tañarandy se iluminó gracias al legado de Koki Ruiz
Por Karina Ríos (karina.rios@naciomedia.com)
En medio de la tristeza y la nostalgia que invade a cada habitante de San Ignacio Guazú, departamento de Misiones, por la partida de Delfín Roque Ruiz, más conocido como Koki Ruiz, ayer como cada Viernes Santo se desarrolló Tañarandy y como todos los años fue un momento inolvidable.
Este año congregó a más personas y los pobladores, así como los hijos del artista plástico, coinciden en que esta edición fue gracias a que el artista lo dejó todo encaminado y sus enseñanzas se convirtieron en un legado invaluable para el Paraguay.
En la querida ciudad de Koki Ruiz todos lo recuerdan y aseguran que sienten su presencia especialmente en las semanas próximas a la Semana Santa, la festividad religiosa que él impuso en su comunidad desde niño junto con su madre Rosa.
“Mi padre nos dejó la vara muy alta, pero es muy esperanzador porque como la gente fue sumándose fue muy natural y esa es su herencia, toda esta tradición y la gente apoyó muchísimo a que todo continúe de la manera que Koki lo hacía. Para nosotros fue como un consuelo muy grande poder hacer que todo esto continuara y no sentir la ausencia de un Viernes Santo”, dijo Almudena Ruiz, hija del artista, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Resaltó que están muy felices con el legado que dejó su padre en su comunidad y para cada paraguayo, porque se trata de uno de los eventos religiosos más grandes. “No han pasado ni cuatro meses de su partida y para nosotros es muy importante poder seguir con Tañarandy. El aporte de cada persona, de su equipo y su familia hizo posible esto, porque cada uno guardaba alguna información o una partecita de cómo hacer las cosas y todo eso hizo que saliera de esta manera”, apuntó.
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Cuadros vivientes
Una vez que los peregrinos llegaron hasta la barraca comenzó la puesta de los cuadros vivientes, otra de las grandes obras del artista plástico, en el que se pudo apreciar la última cena y una de ellas fue representada por sus hijas y las 12 personas que trabajaban para él. También se exhibieron la imagen de Chiquitunga, San Francisco y el San Ignacio, todas originales del retablo.
Como cierre en una de las escenas aparecieron sus dos hijas y todos los que trabajaron con él para la puesta de la última cena, pero el espacio del centro estaba libre, este pertenecía a Koki Ruiz, en ese lugar solo yacía solo la copa de vino junto al pedazo de pan. En el camino antes de llegar a la barraca se podían apreciar unos cosecheros que representaban sus cuadros.
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Un año muy pesado
Este fue el primer año sin Koki Ruiz en la comunidad. Todos lo recuerdan como una persona muy alegre y que estaba siempre en cada paso de lo que era Tañarandy y que no se le pasaba ningún detalle. Aseguraron que él salía a recorrer la barraca pasado el mediodía del Viernes Santo y que recibía a las personas con una sonrisa, con mucho orgullo les invitaba a que no se pierdan del evento.
“Este año nos tocó un poco más pesado, porque esta mañana no vino Koki a traerme a la Virgen de la Dolorosa y fue un poco diferente, muy fuerte. En todos los espacios le vemos a Koki indiscutiblemente se está haciendo todo como él siempre quiso, eso cumplimos, todos los detalles que él quería con el respeto que se le da”, detalló a La Nación Gloria Acosta, quien desde hace 12 años viste a la imagen de la Dolorosa.
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Con su madre en silla de ruedas, renuevan sus votos espirituales en Tañarandy
Por sexto año consecutivo, una familia con raíces polacas y paraguayas renueva su compromiso espiritual en Semana Santa, honrando la memoria de Koki Ruiz y acompañando a Josefa Lorenza Krujowski, una mujer de 87 años que, a pesar de las dificultades y estar en silla de ruedas, no pierde la devoción por esta tradición en Tañarandy.
Graciela Ruiz Díaz viaja desde Asunción hasta el departamento de Misiones con su madre en silla de ruedas para acompañar a la Virgen Dolorosa, casi un kilómetro por los senderos de la localidad. “Venimos para aislarno del ruido, concentrarnos en lo espiritual y ofrecer nuestros sacrificios”, explicó.
Para la familia, esta experiencia no solo es un acto de fe, sino también una promesa: “Es por mis hijos, por mi familia y por la conversión de todos”, relató doña Graciela. Este año la ausencia de Koki Ruiz, el artista cuyo arte se inmortalizó en este evento, les dejó un sabor amargo. “Siempre fue alegre, nos reconocía y hablaba con nosotros. Extrañamos su presencia”, mencionó.
Josefa, nacida en Polonia, llegó a Paraguay hace 56 años como parte de la ola migratoria posterior a la Segunda Guerra Mundial. Aunque hoy habla poco, su historia sigue viva y el vínculo con Ruiz era especial.
Como cada Semana Santa, la comunidad de Tañarandy se convierte en el corazón espiritual de la Semana Santa paraguaya, y este Viernes Santo no es la excepción. Una gran cantidad de personas ya se han congregado en el lugar para vivir una de las manifestaciones culturales y religiosas más conmovedoras del país.
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Museo Jesuita de Santa María permanecerá abierto hasta el Domingo de Pascua
En Santa María, Misiones, a unos 233 kilómetros de Asunción, se encuentra el Museo Diocesano de Arte Jesuítico, que preserva imágenes talladas en madera por indígenas instruidos por los jesuitas. En estos días santos, el sitio ya ha recibido a cientos de personas y abrirá con normalidad hasta el domingo a la espera de visitantes. Cada pieza que se encuentra en el lugar es única y digna de ser admirada.
Al ingresar por la puerta principal, uno se traslada a la época de los jesuitas; el olor a madera impregna el sitio, y las anchas paredes hacen que la frescura permanezca en el interior. En el lugar, uno es recibido por Irma Ramírez, quien brinda instrucciones para el ingreso, y luego son guiados por Lelis Martínez, historiadora, que va explicando cada pieza a los visitantes.
Una de las piezas más importantes del museo es el Cristo crucificado, que se encuentra junto a las tres Marías y San Juan. En este lugar se albergan casi 60 piezas, todas talladas en madera por manos indígenas. Además, se preservan algunos pedazos, muebles y atributos, llegando a 70 piezas en total.
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“Este año recibimos menor cantidad de personas; por ejemplo, el año pasado recibimos a grupos de entre 30 a 40 personas y este año se redujo entre 10 a 15. Tenemos disponible a tres guías que acompañan a los grupos. Creemos que la población ya no está interesada en visitar los museos como antes”, detalló Ramírez, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Por su parte, Lelis explicó que todo el espacio data de mediados del siglo XVII y las esculturas son íntegramente de indígenas guaraníes. “Desde hoy comenzaron a venir personas, y la verdad es que no hay mucha participación comparando con años anteriores; es un número muy disminuido. La parte religiosa se va dejando de lado y se inclinan más por lo turístico”, puntualizó.
Entre las obras destacan la del fundador de la compañía, San Ignacio de Loyola; María Magdalena; San Sebastián; la Virgen de los Dolores; San Estanislao de Kostka; San Luis Gonzaga y San Pedro. Cada pieza tallada contiene, al pie, la descripción de la historia del santo. Para ingresar al museo se debe abonar G. 20.000.