Si bien la lucha por la igualdad de género ya logró acortar muchas brechas, que hoy en día permiten a las mujeres ejercer profesiones y ocupar cargos que antes estaban destinados exclusivamente a los hombres, el 8 de marzo es una fecha que invita a reflexionar no solo de lo que queda por hacer, sino además de los avances, el empoderamiento y el bienestar de las mujeres paraguayas.

Hablamos con la embajadora de Japón en Paraguay, Nakatani Yoshie, quien respondió amablemente a las consultas de La Nación/Nación Media desde su tierra natal.

Es un día muy significativo para rendir homenaje a las mujeres que luchan día a día por abrirse paso en la vida, sin aceptar hechos de discriminación y en lo personal, para recordarme la responsabilidad de ser ejemplo de perseverancia, con aciertos y errores para las mujeres de la generación de mis hermanas menores o de mis hijas, porque también, los fracasos sirven de ejemplo para no cometer los mismos errores. Siempre debemos estar enfocadas en actitudes positivas.

“Los fracasos sirven de ejemplo para no cometer los mismos errores”

Se debe apuntar a nunca decir “no puedo”. Si se quiere avanzar, se requiere de una firme determinación de ir escalando de nivel, paso a paso. A veces me sentía muy preocupada por cumplir con las expectativas de mis padres, mis superiores y colegas. Pero luego, sentía una gran satisfacción al enfrentarme a un desafío y conquistarlo. De todas maneras, siempre debe ser una decisión tomada por una misma, y no porque otras personas nos obliguen a hacerlo.

“Si se quiere avanzar, se requiere de una firme determinación de ir escalando de nivel, paso a paso”

Considero que vivir en el extranjero es el privilegio de ser diplomática. Al conocer un país, su cultura y a su gente, se extiende la frontera y enriquece nuestra vida. Cuando fui designada como Embajadora del Japón en Paraguay, sentí una doble satisfacción: ser la primera representante femenina al frente de la Embajada del Japón en Paraguay y ver cumplido mi sueño de volver a esta querida tierra guaraní.

Aunque por la distancia no puedo viajar con tanta frecuencia a mi país, como pueden hacerlo otros colegas que trabajan en zonas más cercanas al Japón, el hecho de trabajar en este país, con el que celebramos en este 2024, 105 años de un sólido vínculo de confianza y cooperación, la hospitalidad de la gente, su rica naturaleza y una activa comunidad Nikkei muy valorada por todos los paraguayos, hacen que me sienta como en casa.

“Sentí una doble satisfacción: ser la primera representante femenina al frente de la Embajada del Japón en Paraguay y ver cumplido mi sueño de volver a esta querida tierra guaraní”

Afirmo mi admiración hacia las mujeres paraguayas por levantar el país de la devastación de la guerra de la Triple Alianza. Las mujeres paraguayas son capísimas. En el rango del índice de la brecha de género (WEF), Paraguay ocupa el puesto N° 91 el cual es superior al de Japón que es 125.

Siempre hay mucho por hacer. Japón viene ejecutando varios proyectos para el empoderamiento y el bienestar de las mujeres paraguayas, como la planificación de Ciudad Mujer, programas de educación financiera y la cooperación de los voluntarios japoneses para la prevención del cáncer de la mujer, entre otros.

Me siento orgullosa de ser una de las fundadoras y madrina de la agrupación “Mujeres Nikkei del Paraguay”, creada para visualizar las actividades de las mujeres, compartir sus experiencias y fortalecer su red de contactos para promover el empoderamiento. Ahora, las mujeres Nikkei de varios países de la región y del Japón participan en sus actividades bajo lema de “Mujeres sin fronteras”.

“Las mujeres paraguayas son capísimas”

El potencial de las mujeres es sorprendente y aún queda mucho por hacer para el empoderamiento de la mujer en pos del bienestar y prosperidad de la comunidad internacional.

Expreso mis sinceras felicitaciones a todas las mujeres en este día y celebro esta importante fecha con unas maravillosas frases extraídas del cuento titulado “Kuña Mujer” de la escritora Verónica Abente que dice: Ser mujer es un regalo muy grande. Cada mujer es diferente, es única y tiene un potencial inmenso para dar de sí. Cada una tiene un gusto especial. Cada una se parece a una estrella en el firmamento. Tiene luz propia, ilumina donde va.

“Queda mucho por hacer para el empoderamiento de la mujer”