El síndrome de Asperger se caracteriza por un buen nivel intelectual y habilidades excepcionales en áreas específicas como la ciencia, la historia, o la prehistoria. Sin embargo, los individuos afectados enfrentan desafíos significativos en el relacionamiento social y tienden a tener intereses restringidos en temas particulares desde una edad temprana, señala la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA) en una reciente publicación.
Los pequeños suelen ser muy aficionados a los dinosaurios y probablemente a la astronomía, pero con dificultad de relacionarse y de interactuar con otros chicos de su edad, así como con otras personas, puntualiza el escrito médico. Son buenos en áreas que les gusta. De ahí la importancia de la detección precoz en la infancia para iniciar intervenciones tempranas que puedan mejorar el pronóstico a largo plazo.
“La idea es llegar a un diagnóstico precoz de manera adecuada, para a partir de eso podamos hacer las evaluaciones y las terapias necesarias si hubiese necesidad, dependiendo de cada caso”, comentó el doctor Erick Dahlbeck, especialista en neurología infantil de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA) - Hospital de Clínicas, en dicha publicación.
El neurólogo pediátrico agregó que, aunque no existe una medicación específica para el autismo o el síndrome de Asperger, el tratamiento se centra en terapias psicológicas, ocupacionales y cognitivo-conductuales adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente. No obstante, se suele recetar medicaciones para otros trastornos asociados que puedan ayudar a tener un mejor desarrollo y un mejor desenvolvimiento. Estos trastornos son, por ejemplo, deficiencia de atención e hiperactividad, trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad, depresión.
Anteriormente considerado como una entidad separada, ahora se encuentra dentro del trastorno del espectro autista (TEA), según las últimas clasificaciones de la Academia de Psiquiatría Americana. Esta redefinición refleja similitudes en las características y manifestaciones clínicas entre ambos trastornos. Desde 2007, cada 18 de febrero se conmemora el Día de Internacional del Síndrome de Asperger.
Etapa pediátrica
Según Dahlbeck, se observa un aumento en las consultas relacionadas con el síndrome de Asperger y el autismo. Lamentó las derivaciones tardías debido a la falta de conciencia pública y a la estigmatización asociada con estos trastornos, así como a creencias populares como que el padre o el tío tardó en hablar, por eso el niño aún no lo hace.
Para llegar al diagnóstico del trastorno del espectro autista, de acuerdo al doctor, actualmente se establece un límite de un año y medio o dos en la etapa pediátrica, para que pueda cumplir con todos los criterios. Igualmente, en los primeros meses de vida incluso, ya pueden observarse ciertos rasgos que indiquen que ese niño o niña puede evolucionar hacia un trastorno del espectro autista.
Lea también: Conarem 2024: más de 1.500 médicos participarán del concurso de residencias médicas
El especialista refiere que suelen presentar cierto retraso en el lenguaje por falta de estimulación, por exposición excesiva a pantallas, o por ciertos factores ambientales que no ayudan en su desarrollo en los primeros meses. Si se los deja a su libre evolución con malos hábitos, con malos factores ambientales, pueden clasificar como un autismo en sí, después de los dos años.
Manifestó que la derivación al neurólogo debe ser por parte del pediatra, que es quien tiene la misión de detectar, aunque muchas veces dejan pasar ciertos síntomas. “Por eso llegan tardíamente a la consulta con 3, 4 o 5 años de edad, pasando a formar parte del 30% al 40% de las consultas que atendemos diariamente en neurología”, dijo Dahlbeck, y resaltó que las evaluaciones de Neurología Pediátrica se realizan en forma conjunta con profesionales de fonoaudiología, psicología, entre otros.