El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, instó a los fieles al cambio del estilo de vida y “caminar de la ceniza a la vida” durante la misa donde se realizó la tradicional imposición de ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. Condenó la hipocresía y llamó a la reconciliación en la familia y con Dios.
“El polvo en la cabeza nos devuelve a la tierra, nos recuerda que procedemos de la tierra y que a la tierra vamos a volver. Es decir, esto significa que somos débiles, frágiles, somos mortales, somos polvo en el universo, pero somos el polvo amado por Dios”, reflexionó.
El prelado aseveró que la cuaresma es un tiempo de gracia para “acoger la mirada amorosa de Dios” y así cambiar nuestro estilo de vida. “Estamos en un mundo para caminar de las cenizas a la vida, entonces no hagamos polvo a la esperanza. No incineremos, reduzcamos a cenizas el sueño que Dios tiene sobre nosotros”, afirmó.
Así también, cuestionó que hay mucha crueldad al sostener que “la sociedad se está descristianizando”. “Y eso es lo que estamos viviendo, las noticias que vemos todos los días nos van diciendo, nos va angustiando y a veces desesperando toda esa situación”, señaló.
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Polvo en la propia familia
El celebrante explicó además el significado de la imposición de la ceniza en la cabeza, y según expresó “sacude nuestro pensamiento de la mente”.
“En primer lugar, nos recuerda que nosotros somos hijos de Dios y no podemos vivir corriendo detrás del polvo que se desvanece”, significó.
En otro momento de la homilía, el obispo repudió la hipocresía al considerarla “la inmundicia que hoy Jesús nos pide que eliminemos”.
Lamentó la incapacidad de resolver conflictos familiares que bien pudieron haber impedido los hechos de feminicidios en el país. “Cuánto polvo hay en nuestras relaciones, miremos dentro de nuestras casas, cuantos litigios, rabias, insultos, cuánta humillación vemos en nuestras propias casas”, fustigó.
El significado del Miércoles de Ceniza
Este miércoles 14 de febrero para los católicos es un día de ayuno, abstinencia, oración y confesión. En las iglesias durante la misa se realiza la tradicional imposición de ceniza a los fieles. Marca el inicio a la “Cuaresma” (40 días de preparación para la Pascua), que comienza el Miércoles de Ceniza y termina en la tarde del Jueves Santo.
Las cenizas se elaboran a partir de la quema de ramas de olivo del Domingo de Ramos del año anterior, siendo luego bendecidas. Al término de la homilía, las cenizas son colocadas sobre la frente de los fieles, haciendo la señal de la cruz.
Mientras se recibe la bendición de la ceniza, el sacerdote pronuncia las palabras “recuerda que polvo eres y en polvo te has de convertir”, en referencia a la fragilidad y mortalidad de las personas. La ceniza representa también la destrucción de los errores del año anterior, al ser estos quemados, explica un comunicado de la Basílica.