La explosión de una garrafa de amoníaco y la fuga de este gas químico refrigerante causó un fallecido y una treintena de hospitalizados, varios de ellos intubados de gravedad y con fuertes quemaduras, en una planta de embutidos en San Lorenzo. Sin embargo, la sustancia se encuentra en el cotidiano de los hogares en los productos de limpieza, en versión líquida, y se debe evitar su mezcla con detergente porque puede generar riesgos respiratorios.
“En nuestras casas tenemos amoníaco en productos de limpieza, la mayoría contiene amoníaco”, comentó la doctora Nilda Villalba, directora del Centro Nacional de Toxicología, a “Dos en la ciudad” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media. “¿Cuándo se convierte en un compuesto peligroso? Cuando mezclan con detergente, cuando mezclan con cloro, entonces ahí libera el vapor. Ese vapor, por ejemplo, cuando está en un baño que no está bien aislado, es ahí que una persona empieza a sentirse mal”.
La profesional explicó que el gas de amoníaco es un compuesto extremadamente irritante al tratarse de una sustancia alcalina, es un compuesto que tiene una acción cáustica, entonces es capaz de lesionar todos los sitios de nuestro cuerpo que estuvieron o están en contacto con ese gas convirtiéndose las vías respiratorias en el canal más rápido, aunque también puede afectar directamente a la mucosa ocular.
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Villalba remarcó que entre los síntomas de intoxicación por amoníaco se destaca la dificultad para respirar, el chillido de pecho, la irritación de las fosas nasales, y ojos, así como se pueden dar diferentes grados de quemadura en la piel dependiendo claro del nivel de exposición que se haya generado con el gas.
En cuanto a los internados, manifestó que lo más probable es que la mayoría continúe en observación por varios días por una cuestión de prevención, teniendo en cuenta que, dependiendo de la afectación que hayan sufrido sus pulmones, deben recuperar la capacidad de saturación que es básicamente su funcionalidad para brindar oxígeno al cuerpo y liberarlo del dióxido de carbono.
“Las personas que habitan en inmediaciones tengo la casi certeza que ya no están expuestas a ningún peligro, ya que se trató de una cantidad determinada de amoníaco que probablemente quedó en el lugar de la explosión y luego, cuando empezaron a airearlo, eso se evaporó. En este momento, lo ideal sería hacer una medición para descartar, pero a esta altura ya se habrá limpiado toda la zona”, finalizó la doctora Villalba.
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