Trabajadores sanitarios recorren los barrios de Asunción todos los días para fumigar mosquitos y combatir sus larvas en la lucha contra el dengue, que hace estragos en Paraguay con 36 muertos desde diciembre, mientras los casos aumentan también en Argentina y Brasil.
El propósito de los fumigadores que trabajan en la capital paraguaya es eliminar el agua estancada y limpiar los baldíos antes del inicio del ciclo escolar, previsto para la segunda quincena de febrero, para reducir el impacto de esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
“Lastimosamente no contamos con los vecinos”, lamentó el alcalde Guido González, refiriéndose a la falta de colaboración en la lucha contra el mosquito. “Lo que más reclamamos nosotros es que se puedan involucrar y concientizar”. González encabeza un operativo de rastrillaje de focos larvarios en el barrio Puerto Pabla junto a unos 40 funcionarios.
En una de las viviendas visitadas, sentado bajo la sombra de un árbol, Federico González es un jefe de familia que ha contraído la enfermedad. “Tengo dolor de hueso, dolor de cabeza... Los dolores fuertes son impresionantes”, cuenta.
Asunción y su área metropolitana, con 1,8 millones de habitantes, son el epicentro del brote en Paraguay, que se declaró en emergencia epidemiológica en diciembre. Entre ese mes y enero se registraron “36 fallecidos, de los cuales 12 son niños y más de 2.000 hospitalizados con dengue confirmado o sospechosos de haber contraído la enfermedad”, dijo a la AFP la médica Agueda Cabello, directora de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud.
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Caldo de cultivo
La nueva ola de esta epidemia ataca junto a un repunte de covid-19 en Paraguay, que causó 12 muertos en enero. Transmitido por la picadura de un mosquito infectado, al igual que la malaria -que presenta los mismos síntomas-, el dengue es un virus presente en los países cálidos, que afecta principalmente a las zonas urbanas y semiurbanas, causando entre 100 y 400 millones de infecciones cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Argentina, la curva de casos creció por encima de la media después de un 2023 con un récord de 68 muertos y más de 135.000 contagios. También allí rige una alerta epidemiológica centrado en las provincias del noreste (Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones), las más afectadas. Según el último balance, durante las tres primeras semanas de enero se reportaron unos 10.000 casos, una cifra inédita para ese período.
En los últimos años, Argentina registra un aumento sostenido de contagios. Las autoridades sanitarias detectaron la circulación de los cuatro serotipos de dengue y su expansión del norte al centro del país con clima más templado. El dengue es un retrato de la pobreza, en opinión del pediatra infectólogo Mateo Balmelli, quien recomendó “volver a la vieja práctica del mosquitero como nuestros abuelos”.
Además de la pobreza, los expertos consideran que el efecto del cambio climático, la urbanización desordenada y el escaso compromiso de la población con la prevención también contribuyen a que el dengue se asiente como una enfermedad endémica en los países del sur del continente. Y el fenómeno meteorológico de El Niño es otro elemento clave.
“Los criaderos no se producen porque el ciudadano no limpia su casa. Las condiciones climatológicas favorecieron que tengamos un brote importante debido a las lluvias por el fenómeno del Niño en septiembre y octubre, y las altas temperaturas que siguieron a esas lluvias”, explicó Balmelli.
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Explosión de casos en Brasil
Por otra parte, la distribución de una vacuna desarrollada por un laboratorio japonés y comercializada en forma privada en ambos países tiene un precio de venta privativo para la mayoría de los argentinos y paraguayos. Además, Cabello ve lejana la posibilidad de controlar el dengue mediante la vacuna: “Lamentablemente vamos a tener que seguir trabajando en la destrucción de criaderos”.
La preocupación por el dengue no atañe solo a Argentina y Paraguay: Brasil enfrenta una explosión de casos desde principios de año, y registra durante el mismo período cuatro veces más infecciones que en 2023. Según las últimas cifras del Ministerio de Salud brasileño, durante las primeras cuatro semanas de 2024 se registraron 262.247 casos probables de dengue, frente a 65.366 en el mismo período del año pasado.
Rio de Janeiro declaró la emergencia sanitaria por el brote y abrió 10 centros de atención a pocos días del inicio del carnaval. El dengue mató a 29 personas desde el inicio de este año en el país más grande de América Latina, y aún se están evaluando otras 173 muertes que pueden haber sido causadas por la enfermedad.
Fuente: AFP.