Milán es un niño de cinco años que padece miocardiopatía. Hace 83 días está conectado a un corazón artificial, esperando la aparición de un donante que le permita realizarse el trasplante de corazón, con lo que su expectativa de vida puede aumentar considerablemente. El niño está internado en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, ubicado en el barrio Reducto de San Lorenzo, donde permanece en la unidad de cuidados intensivos.
Andrea, la mamá del niño, comentó que hace dos años su hijo está en lista de espera para recibir un corazón. Aseguró que ahora, más que nunca, es urgente encontrar un corazón, debido a que Milan lleva más de 83 días conectado a un corazón artificial, un tiempo récord, incluso, más de lo que estuvo Anita Almirón, quien falleció en abril de 2013, a la edad de 6 años, esperando la donación de un corazón y en cuya memoria fue aprobada la ley de donación de órganos, que está vigente en el país.
Si bien se presentaron cuatro posibilidades, no fue posible ninguna debido a la negativa de los familiares de los posibles donantes. Aunque entiende que no es una situación fácil la que deben pasar los familiares de los pacientes que estuvieron con muerte cerebral, lamenta que no haya conciencia de la importancia de donar órganos para salvar vidas.
Lea también: Milan sigue esperando un donante: lleva 82 días conectado al corazón artificial
“Nosotros nos enteramos cuando ya pasó todo. Los médicos no nos quieren dar falsas esperanzas, nosotros nos enteramos, por otra parte. El pensamiento de la gente es lo que nos duele, que no entiende lo que estamos pasando”, dijo en entrevista con el canal Gen/Nación Media.
Agregó que, si bien ahora el niño está estable, por momentos aparecen dolores en el cuerpo y él no quiere saber nada, tiene miedo inclusive a las curaciones. Si bien no juzga a las familias que no quieren donar, porque las comprende, pidió mayor conciencia, pues al donar los órganos de sus seres queridos están ofreciendo la posibilidad de dar vida.
Uno de los mayores obstáculos a la hora de conseguir un donante no es solo la compatibilidad, sino sobre todo el peso, esto, debido a que Milan pesa solo 17 kilos, por lo que el donante no debe pesar más de 40 kilos. “Nos duele porque él está sufriendo mucho y nosotros sufrimos de él. Lo que nos duele es el pensamiento de la gente, que cree que llevará a su familiar vacío si dona sus órganos. Queremos que la gente sea consciente que, al donar, están dando vida, pueden salvar muchas vidas”, concluyó Andrea.