La triste noticia del fallecimiento de un mono capuchino se viralizó en las redes sociales y tras la indignación ciudadana, el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) tomó medidas e intervino para determinar las responsabilidades. Los responsables de esta acción ilícita enfrentarán fuertes sanciones administrativas, según lo estipula la Ley Nº 96/92 de Vida Silvestre.

Desde el Mades aseguran que se han tomado medidas enérgicas contra el transporte y comercio ilegal de vida silvestre, después de que técnicos de la Dirección de Fiscalización Ambiental y Dirección de Vida Silvestre. La intervención se hizo con el apoyo de la Policía Nacional.

El caso se volvió viral cuando una persona que reside en Ypacaraí compró el animal silvestre de otra que vive en Itapúa. El ejemplar traficado fue enviado por encomienda, en una caja de cartón, provocando la muerte del animal, presumiblemente por asfixia y el extremo calor durante el transporte.

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El ingeniero Luis Recalde, consultor ambiental, aseguró que el tráfico de animales funciona porque hay gente que compra. Agregó que si una persona adquiere un ejemplar de vida silvestre, lo que hace es financiar a los que trafican y no necesariamente salvan a la especie, según comentó en comunicación con radio 1020 AM. “Es toda una industria y se mueve de acuerdo a la demanda de la gente”, aseguró.

Explicó que mucha gente justifica la compra de animales silvestres asegurando “que les tiene bien”. “Al estar comprando un animal silvestre, vos no le estás rescatando, le está financiando al que trafica, al que vende”, comentó el consultor.

Comentó que en la Ley de Vida Silvestre las penas son más bien multas y solo en algunos casos hay sanciones con pena carcelaria. Con relación al caso específico del mono fallecido, dijo que la Fiscalía tiene todos los datos de las personas implicadas, pero aseguró que muchas veces los casos quedan en la Fiscalía.

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Asimismo, el consultor sostuvo que no existe ninguna norma que autorice la tenencia de animales silvestres como mascota. En ese sentido, explicó que el Mades no otorga un permiso para la tenencia, sino un registro de los animales que están viviendo en cautiverio.

“El Mades emite un registro de animales que están en cautiverio y lo que hace es reconocer administrativamente que no puede hacer las incautaciones. Entonces, se le otorga una serie de condiciones para dar como una especie de guardián aceptado por el Estado de ese animal, pero no el dueño. No existe ningún permiso para la tenencia. Y esa ley se dio para tener un centro de conservación, para refugios de vida silvestre”, explicó.

Sostuvo que mientras son chicos, los animales son relativamente dóciles, pero cuando van creciendo van adquiriendo las características de su especie, por lo que mucha gente que los tiene como mascotas recurren a encadenarlos, condenando así al animal a una vida miserable, lejos de su hábitat natural.

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