El Ministerio de Salud reitera la importancia de estar bien hidratados durante el día y extremar cuidados para las altas temperaturas que se anuncian esta semana. Para la práctica deportiva segura al aire libre se recomienda evitar el horario pico de calor, considerado entre las 10:00 y las 17:00, así como utilizar ropa cómoda, suelta y de color claro.
La cartera sanitaria recuerda que se debe ingerir al menos entre 2 a 3 litros de agua por día, aunque no se tenga sed, y, en caso de salir de la casa es recomendable usar protector solar, utilizar sombrero y anteojos de sol. Estos cuidados son esenciales para evitar los golpes de calor.
Los grupos más vulnerables al calor son los niños y las personas mayores. Los adultos de 65 años o más tienen menos probabilidad de sentir y reaccionar ante los cambios de temperatura, por lo que deben evitar exponerse al sol y de ser posible permanecer en sitios con acondicionadores de aire.
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No se debe dejar a menores en un auto estacionado cerrado, ni tampoco dejar a las mascotas, ya que ellos también pueden sufrir enfermedades por calor. Durante los días de temperaturas extremas también se recomienda no ingerir comidas muy elaboradas, ni con demasiado picante puesto que estos alimentos son mucho más difíciles de digerir.
Se aconseja en cambio optar por el consumo de verduras frescas y frutas de estación, como alimentos principales, ya que aportan vitaminas, minerales y fibras, nutrientes necesarios para el cuerpo. La OMS indica la ingesta diaria de al menos 5 porciones de estos alimentos: 3 de frutas y 2 de verduras, o viceversa.
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Golpes de calor
Los calambres musculares pueden ser el primer signo de enfermedad por altas temperaturas y causar agotamiento por golpe de calor, que puede presentarse con sudor abundante, dolor de cabeza, debilidad, piel pálida y fría, pulso rápido o débil, náuseas o vómitos y desmayos. Ante estas manifestaciones, consultar inmediatamente al servicio de salud más cercano.
Los golpes de calor se caracterizan por la alta temperatura corporal, que sobrepasa los 39 °C, piel caliente y enrojecida, pulso rápido y fuerte, además de posible pérdida del conocimiento. Si una persona presenta estos síntomas, es vital llevarla a un sitio más fresco, bajarle la temperatura aplicando paños fríos o dándole un baño con agua fría.