El comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, dio detalles de la planificación y puesta en marcha de la operación Veneratio que ayer logró desbaratar una facción criminal que operaba en medio de lujos y privilegios desde la propia sede de la cárcel de Tacumbú.
Por la envergadura del plan se pensó que duraría tres días, pero concluyó en tan solo cinco horas con el traslado del cabecilla del grupo de microtraficantes, Armando Javier Rotela y de otros 700 reos a otros establecimientos penitenciarios de alta seguridad.
“Nosotros ya teníamos información de que esta gente tenía armas de grueso calibre, armas blancas, explosivos, combustibles. Tenían un arsenal disponible”, dijo a la 1020 AM, al destacar que el objetivo principal siempre apuntó a que el Estado vuelva a tomar el control en el presidio. En segundo plano, se pensó en descongestionar el penal, con el traslado masivo de presos. Para ello se articuló el proyecto que habría arrancado ni bien asumió el presidente de la República, Santiago Peña, en agosto pasado.
Es así que el grupo táctico que entraría en acción inició un meticuloso trabajo de investigación, manejado con un celoso sistema de seguridad para evitar filtraciones. “Cuando diseñamos vimos ventajas y desventajas. En el peor escenario íbamos a estar tres días. Hubo resistencia, pero en cinco horas aseguramos el objetivo”, manifestó Benítez.
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Puja interna por la droga
El comandante manifestó que había una suerte de competencia interna entre clanes por el monopolio de la comercialización de drogas. “Hay varios elementos que se han disputado por lo que es el control de la cárcel propiamente y también, a renglón seguido el control de lo que viene a ser el mercado y el territorio de lo que se organiza dentro de la penitenciaría”, indicó.
Así también se daba el control de territorios en los barrios periféricos de Asunción y “también el monopolio de la venta o distribución de tal o cual elemento”. “Entonces, existen varios elementos del crimen organizado y varios elementos de la delincuencia en ese sector”, puntualizó. Benítez explicó que se decidió llegar hasta el fondo de las instalaciones de la penitenciaría porque la resistencia más fuerte se dio en ese lugar, cuyo pabellón era ocupado precisamente por el clan Rotela.
“Cuando diseñamos una orden de operaciones usualmente vemos los pro y los contra que pueden tener atendiendo a que había información de que contaban con armas, municiones y explosivos. Dependiendo de cuál era la dinámica de la operación se contemplaba de que esto podría durar inclusive tres a cuatro días atendiendo de que muchos se parapetaban en el fondo mismo”, aseveró.
Por otro lado, el comandante de la Policía Nacional dio cifras actualizadas de los heridos en las filas policiales durante la incursión en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. “Los heridos ascienden a 40, de los cuales 17 presentan heridas de arma de fuego”, informó.
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