El comisario Nimio Cardozo, jefe del Departamento Antisecuestro de la Policía Nacional, brindó detalles de la operación Veneratio que fue realizada ayer lunes en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. Resaltó que en este operativo se trabajó con el único objetivo que era desmantelar la estructura criminal del principal líder de una gavilla que operaba tanto dentro como fuera del penal.
El jefe policial dijo que muchos detalles no puede brindar porque hay investigaciones en curso, pero hay intercepciones de comunicaciones que ya salieron a la luz, no puede hablar mucho de ello, pero como jefe de Antisecuestro su equipo estuvo de apoyo y soporte técnico, mencionó. “Puedo decir lo que aprendí lo que era Rotela durante las reuniones preparatorias, y hay actividades donde él ordenaba hechos de sicariato dando un toque personal a su estructura criminal”, indicó en “Arriba hoy”, programa que se emite por canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Cardozo sostuvo que los trabajos en Tacumbú no finalizaron, ya que continúan las tareas de inspección. Aclaró que por de pronto no hay reporte de hallazgo de dinero y señaló que como se trató de un operativo muy grande que involucró la movilización de más de 2.500 efectivos de seguridad fue imposible evitar filtraciones, por lo que es comprensible que este grupo criminal se haya preparado para recibir cualquier tipo de incursión dentro del penal y tomaron sus recaudos de resguardar muy bien, eventualmente cualquier dinero que tengan.
“Ni bien asumió el ministro de Justicia comenzaron a bajar la línea de trabajo, y una de las prioridades era Tacumbú. A los pocos días se creó el conflicto en Tacumbú y se tuvo tres días el penal en manos de Rotela, sin director, siendo el dueño real de la cárcel, porque antes era un dueño imaginario. Esos días que estuvo sin director, nos permitió analizar y entender la dinámica del interior del penal, la estructura criminal y cómo se manejaban. Pudimos recabar mucha información”, añadió.
A partir de ahí, Cardozo señaló que la estrategia fue hacerle saber que se iba a entrar, sin decirles qué día, y así se les tenía pendientes que en cualquier momento se iba a entrar dentro del penal. Indicó que en la terminología de combate se llama “rutina de combate”, se hizo que los reclusos entraran en esa rutina de combate, esperando que se ingrese al penal, pero no sabían cuándo. Manifestó que esto permitió conocer cómo ellos se preparaban para combatir.
Cardozo resaltó que estuvieron involucrados varios equipos ya sea de inteligencia militar, policial, crimen organizado, antisecuestros, antinarcóticos, Ministerio de Justicia con su Dirección de Inteligencia, lograron cuantificar la cantidad de armas que estaban teniendo, la cantidad de explosivos que podrían tener, así como otros tipos de defensa ante la irrupción de las fuerzas de seguridad.
Agregó que el peor escenario y que buscaron evitar a toda costa es llegar a la noche, sin tener el control total de Tacumbú. Por ello, señaló que se le eriza la piel, cada vez que recuerda el momento en que se confirma que ya estaba bajo control Armando Javier Rotela, luego de 5 horas de combate. “Llegar a la noche y no tener el control iba jugar en contra nuestra y en favor de ellos, pero al momento del reporte de la acción a través de la radio, de estos valientes hombres que se pusieron las pilas y en 5 horas prácticamente capturaron a Rotela”, resaltó.
Perfil de Rotela
Mencionó que Armando Javier Rotela es sin dudas el que encabezó toda la estructura criminal que gozaba de importantes privilegios dentro del penal de Tacumbú y acotó que el cabecilla de la organización criminal vivía mucho mejor dentro del penal que fuera de ella, teniendo en cuenta que fue aprendido en el Bañado Sur, viviendo en una casa precaria; en cambio en la cárcel tenía desde aire acondicionado, TV plasma, un gimnasio montado, tenía su propia oficina y sistema de seguridad.
“La verdad como institución no queremos darle la identidad a grupos criminales, pero sí tenemos que ser sinceros que Rotela en estos últimos 4 o 5 años comenzó a fortalecer su liderazgo tanto dentro como fuera de la cárcel, diversificando incluso su empresa criminal. Antes solo se dedicaba al microtráfico, pero luego se dio cuenta que había otros negocios afines que podía consolidar su liderazgo y comenzó a dedicar al sicariato, el asesinato por encargo, y que su grupo también se dedique a hacer asaltos”, precisó.
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