La crecida del río Paraná sigue causando estragos en la ciudad de Ayolas, donde las aguas van tomando cada vez más viviendas y desplazando a las familias que deben de recurrir a los albergues o mudarse a zonas altas que aún no se ven afectadas. Hasta el momento se maneja que la cifra de damnificados es de 700 familias de diferentes barrios.
El reporte de las autoridades logró identificar ya a 10.000 personas afectadas en total, entre adultos y niños, las cuales en su mayoría fueron asistidas por la gobernación y la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) aunque lamentablemente la situación sigue sin mejorar, ya que tras un leve descenso de las aguas el día de ayer, este sábado el nivel amaneció en los 6 metros nuevamente.
“El mayor problema que se vio fue el rápido avance de la crecida, en horas algunos pobladores ya habían perdido todo y tuvieron que abandonar sus viviendas con lo poco que podían rescatar, a eso se le sumó las lluvias que en los últimos días no pararon y dificultaban la tarea de rescate para todos”, indicó al canal de noticias NPY un poblador de la zona que ahora se dedica a realizar viajes en canoa.
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Por otro lado, Beto Espínola, presidente de la Seccional Colorada n.º 105, uno de los albergues más grandes de la zona, mencionó en conversación con el canal GEN/Nación Media que hasta el día viernes continuaban recibiendo familias y que hasta el momento albergan ya a 28 de ellas totalizando 120 personas asistidas en dicho punto.
En cuanto a la visita realizada ayer por el presidente de la República, Santiago Peña, a las familias afectadas y albergadas en la seccional, el mismo ratificó que el compromiso del Estado es proveer de toda la ayuda necesaria para los compatriotas que se encuentran pasando por este difícil momento, además de remarcar que es consciente que la solución definitiva para este tipo de problemáticas será la construcción de una costanera como se ha realizado en otros puntos del país.
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Ríos aumentan su caudal en el sur de Brasil arrasados por las inundaciones
Las lluvias torrenciales que golpean el sur de Brasil aumentaron los caudales de los ríos y crearon escenas de “caos” en los suburbios de Porto Alegre, en una región ya arrasada por inundaciones que dejan más de 140 muertos y centenas de miles de desalojados de sus casas.
“Prácticamente todos los grandes ríos del estado presentan tendencia de elevación”, informó la Defensa Civil del estado Rio Grande do Sul, que atraviesa la peor catástrofe climática de su historia. El Guaíba, afluente que desde la semana pasada cubre grandes partes de la capital estatal Porto Alegre, se había reducido el sábado a su nivel más bajo desde el 3 de mayo.
Pero con las fuertes lluvias que caen sobre la región desde el viernes, se elevó de nuevo y debe superar los cinco metros, “conforme fluya el caudal de los ríos tributarios y la actuación de los vientos”, según el informe.
Las inundaciones históricas en Rio Grande do Sul, provocadas por fuertes precipitaciones desde los últimos días de abril, afectaron a más de dos millones de personas, con un saldo de 143 muertos, 806 heridos y 131 desaparecidos.
Según el último balance de Defensa Civil, más de 619.000 personas debieron abandonar sus casas debido a la catástrofe, que expertos de la ONU y el gobierno brasileño vinculan al cambio climático y al fenómeno de El Niño.
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Otros ríos seguían desbordados y en ascenso
Las crecidas del Taquari pusieron de nuevo en alerta a la pequeña ciudad de Muçum, que aún se recuperaba del paso de un devastador ciclón en septiembre cuando fue golpeada por las inundaciones. Según las autoridades, la Laguna de los Patos, con salida al Atlántico, está en “niveles muy elevados” con tendencia a subir aun más en las zonas costeras.
La ribereña ciudad de Pelotas “enfrenta un agravamiento de la situación” que “amplía las probabilidades de inundaciones”, alertó en Instagram su alcaldesa, Paula Mascarenhas, que hizo un “llamado urgente” a desalojar las casas en zonas de riesgo.
“Es un caos”
En el centro, en la Región Metropolitana y la sierra “gaúcha” cayeron “volúmenes significativos de precipitaciones” en las últimas 24 horas, con hasta 120 mm en los valles. En el centro histórico de Porto Alegre, todavía inundado, personas caminaban sobre barreras hechas de bolsas con rocas y arena; sofás y otros enseres flotaban. Algunas zonas del suburbio de Sao Leopoldo eran cementerios de autos sumergidos en las aguas enlodadas.
“Fui a revisar, mi casa se quebró. En la casa de mi cuñado, al lado, el agua llegó a la mitad del segundo piso”, dijo a la AFP Claudio da Silva, mientras navegaba con su bote por las calles inundadas en Sao Leopoldo. “Ahora bajó un poco y se puede entrar al segundo piso, pero es un caos. Muchos animales muertos. Es muy, muy triste”, explicó el electricista, de 36 años.
El metalúrgico Antonio Vanzan, de 50 años, describió una “situación crítica”. “El agua dejó de bajar (...). Si la lluvia no para de caer, ¿qué va a suceder? Puede aumentar el nivel del río y el agua regresará para adentro de los barrios”, advirtió.
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“No están solas”
Según el Instituto Nacional de Meteorología, todo el estado espera que las “lluvias intensas” continúen en las próximas horas, con más de 100 mm por día en algunas partes. En el noreste hay “gran riesgo de grandes inundaciones y desbordamientos de ríos, y grandes deslizamientos de tierra”, añadió.
La probabilidad de nuevas inundaciones es “muy alta” en casi todo Rio Grande do Sul, indicó, por su parte, el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden). En un video publicado en la red social X por el día de las madres en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva envió su “solidaridad” para aquellas afectadas por la tragedia.
“Ustedes no están solas”, dijo el mandatario, cuyo gobierno anunció que desbloqueará unos 10.000 millones de dólares para la reconstrucción de este estado agrícola y ganadero. En Sao Leopoldo, mientras tanto, la fatiga se instala ante la persistencia de la emergencia.
“Como está la cosa esto va a continuar hasta el viernes próximo, después una semana más de las aguas bajando, limpiando, una semana más fuera de casa (...). Vamos a pasar 30 días fuera de casa”, aseguró Claudio da Silva, el electricista.
Fuente: AFP
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Tragedia climática: ya son 78 fallecidos y 105 desaparecidos en Brasil
El sur de Brasil “es un escenario de guerra”, con ciudades enteras bajo agua y miles de personas incomunicadas, en la mayor catástrofe climática de la región, que deja hasta el momento 78 muertos y más de 115.000 desalojados, dijeron el domingo las autoridades.
Desde las calles anegadas o desde el aire, las imágenes son desoladoras: casas a las que apenas se les ven los techos, gente que lo perdió todo, y el centro de la moderna Porto Alegre, la capital del estado de Rio Grande do Sul, completamente inundado.
Más de 3.000 personas, entre militares, bomberos y brigadistas, trabajan en el rescate de pobladores que quedaron aislados, en muchos casos sin suministros básicos como agua o energía eléctrica. También en la búsqueda de desaparecidos, que ya suman 105, según la Defensa Civil.
El domingo “será un día clave para los rescates”, subrayó el ministro de Comunicación, Paulo Pimenta. “Es un escenario de guerra y tendrá que tener un tratamiento también de posguerra”, expresó el gobernador del Estado, Eduardo Leite, junto al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
El mandatario viajó el domingo al estado sureño por segunda vez esta semana para coordinar acciones para mitigar una tragedia que no para de crecer. El gobierno federal “agilizará la entrega de todos los recursos necesarios” para la reconstrucción, prometió Lula, al día siguiente de que Leite pidiera un “plan Marshall” para el Estado con 11 millones de habitantes.
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Donaciones y hospitales de campaña
Los llamados a donaciones en las 341 ciudades afectadas se multiplican, así como las acciones de solidaridad. Eduardo Bittencourt, un comerciante de 36 años, explicó en Porto Alegre cómo se organizó con un grupo de voluntarios para rescatar a personas atrapadas en sus casas con vehículos tipo ‘pick-ups’. “Las cosas están muy complicadas, estamos ayudando a quienes podemos ayudar, pero es la ley de la naturaleza”, contó a la AFP.
Efectivos del ejército se afanan en instalar hospitales de campaña, porque cientos de pacientes debieron ser evacuados de centros de atención médica. Desde escuelas hasta cárceles, todo tipo de infraestructuras se vieron afectadas.
El suministro de agua está interrumpido en 70% de Porto Alegre -de casi 1,4 millones de habitantes- y su región metropolitana, que tiene localidades enteras sumergidas, como Canoas, Guaíba y Eldorado. En las calles de Guaíba, hoy convertidas en ríos, cientos de lanchas, botes inflables y motos acuáticas van y vienen sin pausa rescatando pobladores encerrados, mojados, sin energía eléctrica.
Las aguas avanzan incontenibles hacia la metrópoli. Según la alcaldía, el nivel del río Guaíba enclavado en la ciudad marcaba 5,30 metros, por encima del récord de 4,76 metros registrado durante unas históricas inundaciones en 1941.
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En kayak y a nado
Rosana Custodio, una enfermera de 37 años, logró el jueves dejar su casa de Porto Alegre y llegar con su familia a la de su suegra. “Mi esposo puso a mis dos pequeñas en un kayak y remó con una (caña) tacuara. Yo y mi hijo nadamos hasta el final de la calle y comenzamos a caminar con el agua al cuello”, relató a la AFP en un mensaje de WhatsApp.
Pero el viernes la historia volvió a repetirse. “Fuimos rescatados por una lancha de amigos”. Desde entonces se encuentra con su familia en un refugio. “Perdimos todo lo que teníamos”. Como ella, más de 18.000 personas fueron alojadas en refugios. La excepcional situación tiene a Porto Alegre prácticamente sitiada.
La Policía Rodoviaria (de Carreteras) señaló a la AFP que la llegada desde el sur está cortada a unos 15 km de distancia, mientras que por el norte aún se logra acceder a la urbe. El aeropuerto internacional de Porto Alegre, cuya pista está bajo agua, está cerrado por tiempo indeterminado.
Mensaje del Papa
Desde el Vaticano, el papa Francisco envió un mensaje de aliento a la población de Rio Grande do Sul. “El señor tiene en su corazón a los difuntos, conforta a los familiares y a quienes debieron dejar sus casas”, dijo frente a la plaza San Pedro.
Es el “cóctel desastroso” del cambio climático y el fenómeno meteorológico de El Niño que favoreció las lluvias devastadoras que golpean el sur de Brasil y otros eventos extremos, aseguró a la AFP el climatólogo brasileño Francisco Eliseu Aquino.
Porto Alegre, una ciudad fundada por inmigrantes portugueses en 1772 y ubicada en medio de una enorme cuenca hidrográfica, se desarrolló al influjo de su puerto, que fue clave para el crecimiento de Brasil, reseña en su web la Corporación Andina de Fomento (CAF). Hoy esa bendición se convirtió en desgracia.
La gobernación de Rio Grande do Sul alertó sobre el peligro de más deslizamientos o desmoronamientos de carreteras, que ya han dejado innumerables rutas cortadas en todo el estado y también en el vecino Santa Catarina.
Fuente: AFP
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Sigue aumentando la cifra de muertes por inundaciones en Brasil
Según informaron, subió a 56 el número de muertos en el sur de Brasil por desastre climático. Un fuerte temporal causó el “peor desastre” climático en el estado brasileño de Río Grande do Sul y según las autoridades el saldo de muertos se incrementó con el paso de las horas en el territorio.
El jueves, el presidente Lula Da Silva visitó la zona de desastre para interiorizarse de la situación. El gobernador “gaúcho”, Eduardo Leite, lamentó en conferencia de prensa las muertes contabilizadas y estimó que son “muchas” las que aún no fueron registradas, tras deslizamientos e inundaciones en localidades aisladas desde hace 48 horas.
La catástrofe climática causada por fuertes lluvias en el sur de Brasil se agravó el viernes y con el aumento del número de fallecidos y desaparecidos, mientras el avance de las aguas amenaza la capital de Río Grande do Sul con inundaciones “sin precedentes”.
Las brigadas de rescate intentan alcanzar y abastecer numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con carreteras bloqueadas, e incluso sin energía eléctrica ni agua. El volumen excepcional de los ríos ha multiplicado las alertas en el estado por rupturas de presas que podrían agravar el desastre.
En Porto Alegre, capital de Río Grande do Sul, la situación “va a ser sin precedentes”, dijo el gobernador, Eduardo Leite. “Olvide todo lo que ya vio (...) en la región metropolitana va a ser mucho peor”, advirtió.
El agua ya cubre varias calles del centro histórico de una de las mayores urbes del sur brasileño, con una población de 1,5 millones, constató la AFP. Las autoridades urgieron a los residentes a buscar refugio. Pero el rápido ascenso del río Guaíba en las últimas horas podría cubrir vastas áreas de la ciudad.
El nivel del río, estimado actualmente entre 4,20 y 4,60 metros, “es histórico” y se espera que supere los 5 metros en las próximas horas, lo que podría causar la mayor inundación de la historia de Porto Alegre.
Las autoridades se afanan a levantar refugios en todo el estado, ocupados hasta ahora por más de 8.000 personas. En uno de ellos, instalado en un centro cultural de Gravataí, un suburbio del norte, está Claudio Almiro. “Cuando salí de casa, estaba con el agua hasta la cintura”, cuenta con rostro demacrado este hombre de 55 años. “Lo perdí todo”, dice a la AFP.
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Afectados por tormenta, vecinos de Limpio exigen asistencia a la comuna
Hace diez días la ciudad de Limpio se veía inundada casi en su totalidad luego de que una fuerte tormenta azotara al departamento Central, ahora con el pronóstico de que las lluvias persistirían por los próximos días, cientos de familias están desesperadas, ya que temen que nuevamente sus casas queden inundadas.
“Necesitamos la respuesta de las autoridades correspondientes, nosotros vivimos en zozobra con cada lluvia, porque aún no nos recuperamos de las pérdidas de la última inundación; las calles, por ejemplo, están intransitables, llenas de agua. El MOPC había realizado un trabajo de desagüe y limpieza en esta zona hace como cuatro años, pero luego nunca más la municipalidad se encargó de mantener la zona”, indicó María Lourdes Miranda, vecina del barrio San Marcos 3 de Limpio en contacto con el programa “Dos en la ciudad”, emitido por GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
La misma aseguró que además de los muebles que en muchos casos quedaron inutilizables, también se perdieron electrodomésticos y hasta inclusive vehículos que se vieron gravemente afectados por el agua. Remarcó además que esta situación pone en peligro a los pobladores del barrio, en especial a los niños que deben salir para ir a la escuela sorteando en el camino grandes cúmulos de agua.
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“Varios de los loteamientos que se habilitaron estaban en zonas de humedales y de igual manera el municipio habilitó para que sean construidas las viviendas, sin pensar en qué pasaría cuando se dan periodos prolongados de lluvia. Nosotros ya acudimos a la municipalidad, inclusive nos organizamos en una comisión vecinal y aun así el intendente no nos presta atención”, comentó María Lourdes Miranda.
Agregó que no se puede descartar que los mismos vecinos se organicen para iniciar una serie de acciones legales contra el municipio por la falta de respuesta y que esto inclusive podría estar acompañado de manifestaciones pacíficas.
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