El suicidio es un problema de salud pública importante, pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes, lo advierte la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al indicar que cada caso es una tragedia que afecta tanto a las familias como a las propias comunidades. Desde la cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) se impulsa una serie de actividades de modo de concienciar sobre este flagelo.
Para el doctor Julio Torales, jefe del departamento de Salud Mental, es primordial ofrecer asistencia oportuna a quienes estén atravesando por una crisis que podría significar salvarle la vida antes que el individuo asuma una postura determinante. En el marco de esta estrategia, los médicos promueven una intensa campaña en coincidencia con la semana de prevención del suicidio. El eslogan adoptado este año es: “Cómo estamos y qué podemos hacer”, y contempla la difusión de información que pueda contribuir a reducir los alarmantes índices de suicidios en el país.
“La prevención del suicidio no se puede reducir a una semana, pero como setiembre es el mes de concienciación, queremos darle mayor visibilidad. Por eso, este viernes simbólicamente vamos a colgar listones sobre todo a aquellas personas que podrían perder la vida si es que no hacemos algo”, expresó. Anunció que se prevé una actividad central este viernes 8 de setiembre, a las 8:30, para rememorar a aquellas personas que ya no están y pensar también en aquellas que ahora la están pasando mal.
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Según el catedrático de la UNA, el suicidio es una manifestación conductual de la enfermedad mental que usualmente está asociada a un cuadro depresivo. Sin embargo, aclaró que la persona que esté atravesando por esta situación puede ser tratada por un especialista en salud mental, ya sea un psicólogo o un psiquiatra.
A su criterio se debe mejorar las estrategias de prevención e intervención utilizando todo lo que la ciencia otorga. Entre ellas consideró que se debe aumentar el conocimiento de la población general sobre este problema. Así también, recomendó reducir el estigma con el fin de animar a las personas a buscar ayuda a tiempo. “El suicidio se puede prevenir, el 90 % de las personas que murieron por suicidio tenía un trastorno mental no diagnosticado o mal abordado, al momento de la muerte. Por lo tanto, queremos insistir en que puede haber luz al final del túnel”, puntualizó.
Las proyecciones son desalentadoras, puesto que, según estudios de la Facultad de Ciencias Médicas, en Paraguay se prevé que para el 2027 530 adultos y 81 niños fallecerán por suicidio.
Los especialistas insisten que toda crisis suicida debe ser considerada una urgencia en psiquiatría, ya que con intervenciones oportunas puede significar salvar la vida de los individuos que experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. Instan a acudir a los servicios de urgencia, adultos y pediátricos, a fin de acceder a una asistencia y recibir el esquema de tratamiento pertinente.