Entusiastas y emocionados, jóvenes de distintos países participan de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, Portugal. La paraguaya Diana Mabel Báez habló de la expectativa que genera el encuentro de los jóvenes con el papa Francisco. Ciudadanos procedentes de Latinoamérica y portugueses se congregaron masivamente con sus banderas para dar la bienvenida al vicario de Cristo.
“La gente desde temprano estuvieron recibiendo al papa a pesar de que el evento comenzaba a las 5:00 de la tarde. A partir del mediodía, la gente ya empezó a movilizarse buscando un lugar donde puedan estar más cerca, varias personas se emocionaban y lloraban, por la emoción del momento”, relató a la 680 AM.
Reflexionó sobre el mensaje transmitido por el pontífice a la juventud de todas las nacionalidades del mundo. “El mensaje del papa fue emotivo, dijo que el amor de Dios es represa, llega de sorpresa, nos llama por nuestro nombre, nos llama por cómo somos y nos llama porque somos amados, somos únicos y la belleza está ahí en eso. También pidió a los jóvenes a comprometernos a ayudar a ver eso, porque somos amados por lo que somos, no por lo que quisiéramos que fuéramos”, dijo.
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Vía Crucis
La representante de la delegación paraguaya afirmó que este viernes se prevé una reunión más privada de Francisco con algunos jóvenes. Y en la noche está planeada la celebración del Vía Crucis, que sería el evento central, en el marco de la visita de Su Santidad a tierras portuguesas.
Otra compatriota, Mirta Penayo, de 20 años, contó que es su primera experiencia en la JPJ . “Es una experiencia única en serio, no me salen las palabras para poder describir. Solo digo que hay que venir con el corazón preparado y con el corazón abierto para esta experiencia y dejarse llevar por Dios. Es una experiencia bastante linda” expresó.
En el marco de su 42.º viaje internacional y el segundo en Portugal, el papa Francisco participa de la 37.ª Jornada Mundial de la Juventud con el millón de jóvenes que se esperan en el país. A lo largo de los casi siete kilómetros que separan la base aérea del palacio presidencial, numerosos jóvenes de todo el mundo y muchos habitantes de Lisboa esperaron durante horas el paso de la comitiva papal, pero el tráfico en las principales arterias de la capital portuguesa no se paralizó por completo. En la plaza de la Rua del Belem tuvo lugar la ceremonia de bienvenida.
También allí miles de jóvenes, principalmente latinoamericanos y portugueses, se congregaron con sus banderas, especialmente en torno al monumento a Alfonso de Albuquerque, segundo gobernador de las Indias portuguesas, según informó la agencia Vatican News.
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