El artista plástico Delfín Roque Ruiz Pérez más conocido como Koki Ruiz afronta una delicada situación, luego de que le diagnosticaran cáncer de riñón, conforme revelaron medios locales. El diagnóstico fue certificado por especialistas del reconocido Hospital Sirio Libanés de Brasil hace unas semanas, pero el pintor autodidacta ya se encuentra nuevamente en su taller de San Ignacio, en el departamento de Misiones.
De acuerdo con los reportes, la afección renal fue detectada en el marco de un chequeo médico rutinario al que se somete cada año el reconocido artesano. Tras la confirmación de los estudios hechos en Paraguay, Koki se trasladó hasta el prestigioso Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, Brasil. Allí obtuvo la reconfirmación del diagnóstico mediante estudios más específicos y luego de unas semanas retornó al país.
Según sus allegados, Koki demuestra un semblante tranquilo y se mantiene animado y realizando sus tareas habituales, pese a la dolencia que lo aqueja. “Está física y anímicamente sobrellevando bien la enfermedad”, informaron desde San Ignacio, su ciudad natal.
Se supo además que paralelamente a los controles hechos en el vecino país, iniciará el tratamiento de la inmunoterapia en Asunción, aunque bajo estricto monitoreo por los especialistas del Hospital Sirio-Libanés. Desde la redacción de La Nación intentamos comunicarnos con Koki, pero no respondió ante insistentes llamados a su teléfono celular.
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El retablo que sorprendió a Francisco
La creación del altar en Ñu Guasú para la visita del papa Francisco en julio del 2015, es una de las obras más emblemáticas de Koki Ruíz. El majestuoso retablo midió un ancho de 40 metros por 15 de altura y llevó una cruz en la parte superior. Lo más resaltante y admirado por todos fue el adorno con frutos de la tierra, como maíz, coco y calabazas. Los primeros trabajos en madera, como los bastidores, se realizaron precisamente en San Ignacio, Misiones, posteriormente se acercaron las partes hasta la capital para su montaje final.
Otra obra maestra representa Tañarandy o “Tierra de los irreductibles”, montado también por Ruiz y reconocido como un atractivo turístico y espiritual y una visita obligada a San Ignacio, en Semana Santa. Se trata de la demostración más genuina en forma de arte de los momentos cruciales de la religión cristiana. La procesión vespertina de cada viernes santo, siguiendo la vía “yvaga rape”, sintetiza devoción, fe, adoración y creatividad para dar actualidad a centenarias creaciones artísticas inspiradas en la pasión y muerte de Jesucristo.
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