La detención de Luis Héctor Morinigo Cantero (51) materializada este lunes por la Interpol de la Policía Federal Argentina en la terminal de Retiro produjo un gran alivio sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes de quien fuera condenado a 30 años de cárcel por varios hechos de violación, pero que inexplicablemente fue liberado de la cárcel de Tacumbú, donde apenas había purgado 13 años de su sentencia y cuando aún le faltaban 17 para pagar sus delitos ante la sociedad.
Sin embargo, las explicaciones de este error que brindó la libertad a un preso que debía estar encerrado hasta el año 2040 no satisficieron las incógnitas que rodean al caso. En principio se mencionó que había sido una fuga, pero las investigaciones revelaron que no se fugó, sino que fue liberado.
Lo que inicialmente se pensó que había sido una involuntaria equivocación administrativa, transcurridos los días fue tomando otras aristas hasta ahora, cuando el panorama se volvió aún más sombrío luego de que la fiscala que lleva el caso, Fátima Girala, indicara que no descarta que más personas hayan sido liberadas tras corroborar una falla en el sistema.
Luego de haber traspasado los portones de la penitenciaría de Tacumbú, el condenado por abuso sexual agravado se dirigió hacia la frontera y el 14 de abril cruzó el río Pilcomayo a través del Puente San Ignacio de Loyola para ingresar a la Argentina -según la División Federal de Fugitivos y Extradiciones de la PFA- para ir a refugiarse en La Matanza.
Según Girala, a pesar de las investigaciones no encuentran la notificación específica que se debía haber realizado al penal de Tacumbú para la liberación de Morínigo Cantero.
La ficala sospecha que el error que permitió la salida del preso condenado por violación serial se debió a que en el sistema informático no se colocaron los puntos entre los números de cédula del condenado, lo que abre la posibilidad de que este no haya sido el único caso en el que un condenado haya recuperado su libertad sin haber purgado toda su condena.