A nivel país todos los días saltan denuncias de adolescentes que están con problemas de vicios, se vuelven violentos o comenten hechos terribles, pero en la ciudad de San Antonio, departamento Central, una pareja dio a conocer el trabajo que están realizando para que estos descubran todo lo que pueden hacer y les enseñan oficios, artes y deportes, además, les dan asistencia sanitaria y psicológica.
Se trata del programa de Orientación Cristiana y Vocacional “Un emprendedor emerge en mí” que se desarrolla en la iglesia Bautista Sembrador de la citada ciudad, iniciativa que fue impulsada por la pareja integrada por Priscila y Javier Sarubbi, quienes junto a otros profesionales asisten a adolescentes de 12 a 17 años, para que puedan descubrir sus cualidades.
Las actividades se desarrollan todos los sábados a partir de las 15:00 y son totalmente gratuitas, mediante las cuales los chicos aprenden oficios como cocina, artes y aprenden a ser personas responsables. “La idea es que puedan valerse por sí mismos. Yo les enseño a cocinar, a limpiar, a ser educados, responsables y respetuosos. No tenemos chicos con vicios en el grupo y es muy esperanzador que haya futuro en los jóvenes”, explicó la psicóloga Priscila Sarubbi en entrevista con La Nación/Nación Media.
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“Sociedad de Adolescentes”
Agregó que comienzan realizando un test para conocer las actitudes y vocaciones de los adolescentes. “Conocer sus distintas personalidades, después de tener los resultados de estos test buscamos potenciar lo que cada uno fue dando y cada uno empezó a trabajar en sus habilidades. Sostenemos un grupo al que le decimos Sociedad de Adolescentes o Soda”, manifestó.
Explicó que gracias a los trabajos que realizan junto con los chicos tienen un pequeño almacén sustentable que se llama la “Tiendita de Soda”, que ayuda a solventar los gastos que tienen dentro del programa. “Son aproximadamente 45 chicos que asisten cada sábado. Tienen clases de estudio bíblico, introducción a la neurociencia, inglés, artes y deportes. También tienen atención odontológica, nutrición, asistencia psicológica, entre otros”, apuntó.
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Segunda convocatoria
Afirmó que la mayoría de los que asisten son de la comunidad de San Antonio, pero también acuden desde Villa Elisa, Asunción y Ñemby. “La sociedad de adolescente lleva años en la iglesia y como trabajo comunitario tomamos un desafío con mi esposo este año. Ahora son mucho más chicos, se volvió un grupo muy grande porque vienen primos y amigos de los que ya estaban”, aseguró.
Priscila indicó que los jóvenes pueden seguir participando de los encuentros y que están pensando en habilitar una segunda convocatoria para que más familias puedan inscribir a sus hijos e hijas. Para más información, se puede contactar al (021) 991-453. “Se debe invertir en el potencial de cada estudiante. Se van a sorprender lo que ellos pueden desarrollar con estímulo y confianza, potenciando lo que ya tienen de bueno”, puntualizó.
La sociedad de adolescente realiza actividades para sostener el programa, también recibe apoyo económico de la pareja Sarubbi. Además, los jóvenes pueden usar todas las instalaciones de la iglesia. “Tenemos el apoyo del pastor Jorge Rochaix y de su esposa Elizabeth, que están trabajando muy de cerca con nosotros”, aseveró.
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