Los 300 médicos de las diversas especialidades, que realizan su pasantía rural en varias comunidades del Paraguay continúan atravesando por una complicada situación económica, debido a que no perciben sus salarios desde hace dos meses, o sea, desde abril de este año. Esa coyuntura les ha obligado a ellos a apelar a la ayuda de sus familiares, o en último caso, los pobladores de las ciudades donde realizan sus pasantías les han tendido la mano para socorrerlos con algún plato de comida.
Los especialistas a través de un comunicado ya se habían pronunciado semanas atrás ante la opinión pública, y habían remitido una nota a las autoridades de Salud Pública para pedir el cumplimiento de la cláusula cuarta de los contratos firmados en el marco de la Resolución DGRRHH n.º 1739, vigente desde el 1 de abril del corriente año.
Esta cláusula exige el pago de la remuneración salarial correspondiente por los servicios efectuados en la salud pública en el plazo establecido.
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Los profesionales de blanco señalan que no están ajenos a la sobrecarga laboral administrativa; sin embargo, solicitan la mayor diligencia en remover los obstáculos administrativos que impidan los pagos correspondientes. “Lo solicitado se fundamenta en la imperiosa necesidad de disposición de nuestras remuneraciones para cubrir los gastos básicos de supervivencia”, señala el documento.
La nota dirigida a las autoridades sanitarias señala que los médicos rurales ejercen distintas especialidades, cubriendo todas las regiones sanitarias del país para cumplir sus obligaciones profesionales ante la comunidad.
“Esta larga espera se ha vuelto insostenible, considerando las necesidades básicas de toda persona, necesidades a las que no estamos exentos, por tal motivo, apelamos a sus buenos oficios a fin de agilizar las gestiones para que en la brevedad podamos percibir nuestros salarios retroactivos de abril y mayo, peticionando dentro de la primera semana de junio del corriente año”, dice la nota firmada por los médicos Pablo Gómez Venialgo y Gloria Giménez García.
Los profesionales exigen percibir sus haberes atrasados como cualquier persona que presta sus servicios por un trabajo determinado, más aún cuando muchos de los médicos se encuentran muy distantes de su casa de origen y tienen que asumir los gastos de alimentación, alquiler de vivienda, vestimentas, gastos de combustibles para traslado, etc.
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