El herbario “Teodoro Rojas” está ubicado en el interior del Jardín Botánico del Asunción y forma parte de la antigua casa de Carlos Antonio López, el viernes fue visitado por profesionales que denunciaron que el sitio está en ruinas y corre riesgo de derrumbe. Solicitaron a las autoridades que el lugar se independice de la dirección del Jardín Botánico y se genere una administración propia.
Según el padre Hugo Fernández, director del Museo Monseñor Bogarín, este histórico herbario, una casa también patrimonial de finales del siglo XX, se encuentra en pésimo estado y a punto de derrumbarse. “El estado del herbario es una muestra de la desidia y la poca importancia que se le da a las ciencias y al patrimonio en el Paraguay”, dijo en entrevista con La Nación/Nación Media.
Resaltó que lamentablemente el paso del tiempo y la falta de cuidado hizo que la casa esté sumida en humedad y minada de termitas como también de las raíces de los árboles. “Los techos están invadidos por guapo’y y kupi’i, las goteras y rajaduras llenan de humedad el recinto. Las raíces de las plantas hacen estragos”, detalló.
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Apuntó que el herbario ahora es un lugar húmedo y oscuro, pero que en su interior aún conserva cientos de objetos antiguos que son patrimonio del país. “Se está destruyendo uno de los tesoros más importantes de la historia de los estudios de botánica del Paraguay. En su interior se guardan las colecciones herbáceas colectadas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX de todos los campos del país. Además, la colección de los libros la Flora Brasiliensis obsequiados por el Emperador Pedro II a Don Carlos Antonio López”, confirmó.
El padre indicó que este sitio se debe independizar de la dirección general Jardín Botánico, y que tenga una administración propia que cuente con encargados profesionales capacitados. “Los encargados de custodiarlo deben ser elegidos por méritos y que sean profesionales con conocimientos en el tema que protejan tan importante patrimonio”, manifestó.
Recordó que hasta el año 2000 este sitió se encontraba en su máximo esplendor y que con las últimas administraciones se dejó de lado. “Este lugar encontró su brillo con la dirección de la bióloga María Gloria Barúa, lástima que en el Paraguay nuestras instituciones desechan a las lámparas que iluminan de verdad y trabajan de verdad”, puntualizó.
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