Más de la mitad de la población adulta en Paraguay, así como uno de cada tres niños y adolescentes, tienen sobrepeso y obesidad, según cifras del Ministerio de Salud Pública. Cada año se registran 2.600 muertes vinculadas al exceso de peso. La obesidad es una enfermedad crónica y a la vez constituye un factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, ciertos tipos de cáncer, afecciones cardiovasculares, depresión y ansiedad, entre otras.

El doctor Gabriel Paiva asoció el problema de salud con la mala alimentación y al mal hábito al momento de ingerir la comida, además de una predisposición genética. Una de las claves para no engordar es evitar comer a las corridas, como acostumbra la gran mayoría de las personas debido al ritmo de vida acelerado y la escasez de tiempo para sentarse a comer sin apremios.

“Imagínense que nuestro cuerpo en promedio está diseñado para aguantar 70 kilos de peso. Pero si a esa rodilla le ponemos 100 a 180 kilos, en algún momento pronto se va a romper”, señaló el doctor Paiva al programa “El Brunch”, emitido este sábado por el canal GEN/Nación Media, a modo de graficar las implicancias de la obesidad.

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Con respecto a las costumbres de los paraguayos en cuanto a la comida, el médico dijo que en general el problema es con las porciones de alimentos. “Hay un problema también en cómo nosotros creamos esas porciones, porque no estamos acostumbrados nosotros a equilibrar nuestro plato”, refirió.

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“El niño gordito”

Lamentó que en las escuelas no se inculquen a los niños sobre cómo crear el hábito de alimentarse correctamente. “Antes el niño gordito tenía que ser niño sano. Y hoy en día se ve que eso no es así. Ese niño que crece gordito acarrea un montón de problemas en la adultez”, indicó y alentó a combatir la obesidad desde temprano, cuidando la alimentación.

Paiva sostuvo que las cadenas de comidas rápidas inclusive tienen profesionales que controlan los ingredientes que se utilizan por ejemplo para preparar una hamburguesa. “Las grasas sobre todo tienen una afinidad muy importante por las áreas en el cerebro que dan placer. El chocolate también, por esa textura de grasa que tiene”, manifestó.

Aseguró que se puede lograr el equilibrio y “comer bien”, además, aconsejó no apurarse a la hora de ingerir la comida. “Hay que cuidar la velocidad en que nosotros comemos. Pero tampoco hay que olvidar que para la obesidad existe una predisposición. Hoy día está cada vez más presente el asunto de la genética en generar ese paciente obeso”, expresó.

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