La psicóloga Laura Cáceres manifestó que los casos como el de la docente Sofía Rodríguez, asesinada por su alumno en el Colegio Nacional San Gervasio de Colonia Independencia, Guairá, genera angustia y preocupa a la sociedad. “Este tipo de hechos impacta emocionalmente y puede tener repercusiones negativas en nuestra salud mental”, afirmó.
Cuanto más casos de este tipo ocurran en sitios a los que concurrimos frecuentemente como ser escuelas, colegios, universidades, centros comerciales, mayor es el impacto en la salud mental. “Este tipo de masacres con armas, de cualquier tipo que pueda ser, nos afecta y puede provocar daños a nuestra salud mental, y debería preocuparnos porque están afectando la vida cotidiana de nuestra sociedad”, señaló en conversación con La Nación/Nación Media.
Agregó que es un problema de salud pública, por lo que es necesario adoptar un método integral para comprender e idear soluciones políticas duraderas a fin de prevenirlas. Sobre el perfil psicológico del autor del crimen, mencionó que no existen causas concretas, pero algunos factores pueden ser que haya sido víctima de bullying, sienta resentimiento hacia otras personas o rechazo a la autoridad.
“Son una serie de elementos que propician que se desarrolle en la mente del menor un deseo inconsciente de venganza, porque lo anterior no lo toman como una característica personal, sino al medio en el que viven, a los profesores, a los estudiantes populares, incluso a sus propios papás”, indicó.
Promover y fomentar apoyo psicológico
Tanto este lamentable caso como las últimas amenazas que se registraron en instituciones educativas por parte de jóvenes son situaciones que estremecen a la sociedad paraguaya. Por lo tanto, Cáceres menciona que es necesario prestar atención psicológica a los alumnos en escuelas y universidades con la finalidad de detectar, prevenir y gestionar estas situaciones.
Además, sostiene que de esta manera se podrá construir un entorno escolar cohesionado y solidario. “Prestar apoyo psicológico, prevenir la violencia a través de prácticas y programas educativos acordes son necesarios. En la sociedad, cada miembro de la comunidad debe aportar algo para la prevención, como promover y fomentar más sistemas de apoyo psicológico en centros educativos y comunitarios”, remarcó.
La profesional también considera importante normalizar las cuestiones de salud mental y alentar a niños y jóvenes a pedir ayuda cuando estos necesiten, crear un método efectivo para que las personas puedan informar de las potenciales amenazas y que de esta manera se evite más violencia en el país.
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