Con la bendición de palmas se celebra hoy 2 de abril el Domingo de Ramos. El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, exhortó a empezar esta Semana Santa con humildad y renuncia a sí mismos para servir a los demás, especialmente a aquellos olvidados y marginados por la sociedad.
El Domingo de Ramos es el primer día de la Semana Santa porque conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, unos días antes de ser traicionado y crucificado. Durante su homilía en la basílica de Caacupé, el obispo resaltó la humillación de Jesús. “Esta palabra nos descubre el estilo de Dios y la actitud que tiene que ser la de todo cristiano: la humildad”, reflexionó.
En ese mismo contexto, profundizó sobre el mensaje de Jesús, quien según la palabra se mantuvo en silencio. “Hemos escuchado que muy poco ha hablado el Señor. El silencio es una gran sabiduría y la humildad un acto que nunca va a dejar de sorprendernos y ponernos en crisis. Nunca vamos a acostumbrarnos nosotros a pensar en un dios humilde. Dios se humilla para caminar con su pueblo para soportar sus infidelidades”, destacó el religioso.
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Explicó que las lecturas litúrgicas del día relatan la humillación que recibió el Señor por parte del pueblo que había sacado de la esclavitud y guiado hacia el camino de la libertad. “Veremos el desprecio de los jefes del pueblo y sus engaños para acabar con él, asistiremos a la traición de Judas que lo venderá por 30 monedas de plata y veremos al señor apresado y tratado como un malhechor, abandonado por sus discípulos y condenado a muerte”, manifestó y alentó a los feligreses a acompañar en esta Semana Santa el camino de Jesús.
“Empecemos también nosotros con decisión este camino de la humildad, movidos por el amor a nuestro Señor y Salvador. Ese amor nos va a guiar y nos va a dar mucha fuerza para vivir estos días intensamente, porque es en él y solamente en él que el hombre encuentra la salvación”, indicó. Al respecto, instó a los feligreses a renunciar a sí mismos para servir a los demás.
Monseñor Valenzuela instó a visitar a nuestros familiares enfermos, a un anciano y personas con discapacidad que nos necesiten, a ser solidarios con los campesinos sin tierra, indígenas, niños en situación de calle y adolescentes abusados. También mencionó a los humillados por mantenerse fieles al evangelio, a los discriminados y a todos aquellos perseguidos por ser cristianos.
Esta primera gran jornada de la Semana Santa tiene un simbolismo muy especial y tradicional para muchos católicos que hoy asisten a las parroquias y capillas portando ramas de olivo u hojas de palma para recibir la bendición de Dios, como signo de la renovación de la fe y conmemoración de su proclamación como rey del Cielo y de la Tierra.
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