La fiscal Karina Sánchez habló este martes sobre la situación de los paraguayos que vivían en condición de esclavitud en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil. Señaló que tomó contacto con las autoridades del vecino país y que los compatriotas están siendo atendidos como corresponde.
Al respecto, mencionó que las autoridades están evaluando el caso de cada uno de nuestros compatriotas. “Estamos evaluando la situación de cada uno de los compatriotas que son en total veinte. Les prometieron un trabajo digno, pero fue otra la situación, cayeron en la esclavitud”, refirió la agente del Ministerio Público.
Asimismo, mencionó que la investigación correspondiente al caso se encuentra en una etapa incipiente. “Aún no culminó el procedimiento. Lo más importante es que nuestros compatriotas regresen a nuestro país, escucharlos y luego procesar a los responsables”, expresó Sánchez en comunicación radio 1000 AM.
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Los compatriotas, quienes se encontraban trabajando en una fábrica clandestina de cigarrillos en condiciones análogas a la esclavitud, en el municipio de Duque de Caxias, Río de Janeiro, fueron rescatados ayer lunes por la Policía Federal Brasileña con el apoyo de funcionarios del Ministerio de Trabajo, según Agencia Brasil.
Las autoridades brasileñas confirmaron que los paraguayos fueron llevados con la promesa de que trabajarían en una fábrica de ropas, pero que finalmente llegaron al Brasil con los ojos vendados y ni siquiera sabían en qué ciudad se encontraban.
Los compatriotas estaban alojados en la propia fábrica y trabajaban una jornada excesiva de 12 horas diarias, siete días a la semana, en dos turnos, incluidas las primeras horas de la mañana, sin descanso semanal. Además, los trabajadores se encontraban en un lugar sin las mínimas condiciones de higiene, conviviendo con animales, alcantarillas abiertas y los residuos de la producción de cigarrillos.
Cabe señalar que los trabajadores no recibían remuneración alguna por los servicios prestados, tenían restringida la libertad de movimientos y eran obligados a trabajar sin equipos de protección.