Ante la “emergencia energética” que enfrenta Cuba, el gobierno decidió paralizar todas las actividades laborales estatales que no sean indispensables, informó ayer jueves el primer ministro, Manuel Marrero. “En esta situación que se ha agudizado los últimos días, se emitieron indicaciones adicionales para paralizar todas las actividades laborales estatales que no son estrictamente imprescindibles”, dijo en una transmisión en cadena nacional de la radio y televisión, sin precisar el plazo de la medida.
El primer ministro afirmó que la disposición es para priorizar el servicio a los hogares. Por su parte, el presidente Miguel Díaz-Canel dijo más temprano en la red social X que la isla enfrenta una “emergencia energética” por los problemas para adquirir combustible en el exterior para alimentar su sistema de energía.
“El complejo escenario por el que transitamos tiene su causa principal en el arreciamiento de la guerra económica y persecución financiera y energética de Estados Unidos, lo que dificulta la importación de combustible y otros recursos necesarios para esa industria”, dijo el mandatario, en referencia al recrudecimiento de las sanciones de Washington contra la isla.
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En Cuba, la electricidad se genera a través de sus ocho desgastadas termoeléctricas que en algunos casos presentan averías o se encuentran en mantenimiento, así como de siete plantas flotantes - que el gobierno renta a empresas turcas - y grupos electrógenos. Toda esta infraestructura en su mayoría requiere de combustible para funcionar.
Este jueves Cuba registró casi un 50 % de déficit en la generación de electricidad, un problema que ha provocado en algunas provincias apagones de hasta 20 horas en una jornada. Lázaro Guerra, director general de electricidad del ministerio de Energía y Minas, dijo a la televisión estatal que en “todas las horas del día” el déficit eléctrico sería de más de 1.000 megavatios y que iba a llegar a los 1.678 durante la demanda máxima de 3.300 megavatios.
Los cubanos sufren nuevamente desde hace tres meses los detestados apagones que se prolongan y son cada vez más frecuentes, con un déficit en muchas jornadas del 30 % en la cobertura nacional. Las interrupciones del servicio de cuatro horas y más al día se registran incluso en amplias zonas de La Habana.
En el municipio Plaza de la Revolución en La Habana, que alberga el centro neurálgico del poder en el país, este jueves se suspendieron “todos los servicios que no resulten vitales y que generen gastos de energía”, a excepción de centros esenciales como hospitales y de elaboración de alimentos, anunció el gobierno local en su página de Facebook.
También se suspenden las clases hasta el lunes y las discotecas y locales de diversión y esparcimiento permanecerán cerrados. Desde el miércoles, autoridades de la provincia de Camagüey, en el centro del país, anunciaron que trabajaban “para garantizar servicio por espacio de tres horas aproximadamente”, indicó en X la empresa eléctrica local.
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“Aquí estamos es en apagón total, esto no tiene nombre. Las cosas del frío se nos están echando a perder”, dijo a la AFP vía WhatsApp Eugenia Sánchez, una ama de casa de 41 años. “Antes eran de 14 y 16 horas. Ahora son de 20 y de 22 horas”, añadió.
En la provincia de La Tunas (este), las autoridades empezaron a distribuir carbón para la cocción de alimentos, especialmente en asentamientos urbanos. De acuerdo con la tolerada prensa independiente local, decenas de personas se manifestaron al principio de la semana en las provincias de Sancti Spíritus (centro) y Holguín (noreste) por los largos apagones.
En 2023, la isla se recuperó de los cotidianos cortes eléctricos que experimentó casi todo 2022. Lo más crítico ocurrió en octubre de ese año, con un apagón generalizado la noche del 27 setiembre, tras el paso del huracán Ian que azotó el oeste del país.
Fuente: AFP.