Durante la jornada de ayer martes, un grupo de 100 nativos del departamento de Canindeyú tomaron de rehenes a tres policías que estaban haciendo trabajos de inteligencia y sobrevolando la zona con drones. Los agentes fueron interceptados por estas personas que los obligaron a limpiar una propiedad. Los nativos manifestaron que pensaron que formaban parte de un grupo criminal, porque portaban armas.
Según el comisario Emilio Alfonzo, el hecho ocurrió en zona de la comunidad Yapo del citado departamento, cuando los agentes estaban haciendo trabajo de inteligencia y fueron rodeados por los indígenas de varias comunidades de la zona. “Ellos no pensaron que eran policías, si no que, formaban parte de un grupo criminal”, detalló en C9N.
Apuntó que estas personas ya habían sido víctimas de los grupos criminales de la zona y que por eso actuaron de esta manera, por temor y para defender a sus familias. Además, se asustaron al ver que los agentes portaban armas de grueso calibre, entonces decidieron tomarlos y obligaron a hacer trabajos de limpieza mientras llegaba la policía.
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“Yo mismo tuve que ir a hablar con los nativos para que puedan liberar a estos efectivos y en ningún momento los agentes policiales reaccionaron contra estas personas ya que eran muchas. Entonces trataron de evitar cualquier tipo de confrontamiento contra los nativos, que también actuaron en forma pasiva”, puntualizó el comisario.
Indicó que hace un año ocurrió un enfrentamiento entre grupos criminales donde varias personas fallecieron entre ellos nativos, por lo que, cuando un vehículo desconocido o personas ajenas a las comunidades ingresan en la zona ellos toman este mecanismo. “Ellos no creyeron que eran efectivos policiales y los retuvieron, para luego llamar a la comisaría para consultar”, apuntó.
Hay que destacar que los oficiales estuvieron varias horas limpiando un campo perteneciente a la comunidad indígena y luego de que llegó el comisario Alfonzo, estos fueron liberados. Los nativos aclararon que actuaron de esta manera por temor, ya que los efectivos portaban armas de grueso calibre en las camionetas.