Considerando que en gran parte de Asunción, Área Metropolitana y el departamento Central se registran numerosos casos de dengue y chikungunya, siendo este último el predominante, es importante señalar que su desarrollo tiene tres etapas y que sus síntomas pueden extenderse por varios meses, según lo expresado por el doctor Robert Núñez, médico intensivista y pediatra.

De igual manera, en este sentido, el Ministerio de Salud hace un llamado a la ciudadanía a eliminar los criaderos del vector y distinguir los síntomas entre ambas enfermedades.

“Tanto el dengue como el chikungunya se inician con fiebre, malestar general y dolores musculares. Pero, de forma característica y desde los primeros días de enfermedad, con el chikungunya se instalan los dolores en las articulaciones como caderas, tobillos y manos, y también en la columna vertebral y, de forma típica, ambas articulaciones a la vez”, indicó a través de sus redes sociales.

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Igualmente, mencionó que el dengue se autolimita en no más de diez días y, generalmente, no deja secuelas. En cambio, chikungunya tiene tres etapas que pueden estar bien marcadas: aguda, subaguda y crónica.

Acerca de las fases

“Una fase aguda, que dura en torno a tres semanas, una subaguda, donde ya no hay fiebre, pero puede haber persistencia y recrudescencia o empeoramiento de los dolores articulares, y también una fase crónica, que puede durar desde varios meses hasta incluso algunos años”, destacó.

Con respecto a la fase aguda, comentó que la duración es de entre siete a diez días y los síntomas incluyen fiebre, dolores e inflamación en las articulaciones, que pueden ser de leves a severos. “Este dolor articular afecta, principalmente, a manos y pies. También puede afectar tobillos y otras articulaciones. La mayoría de las veces, se acompaña de un rash o eritema cutáneo (enrojecimiento de la piel), que puede empeorar con la exposición al sol, estas manifestaciones se producen, generalmente, al inicio de la enfermedad, a diferencia del dengue, que suele presentar al final”, agregó.

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Citando la fase subaguda, refirió que del 20 al 40% de los casos puede pasar a esta fase, que puede durar hasta tres meses. Ya no se registra fiebre, pero sí manifestaciones articulares. “Si esto dura más de tres meses, entra en la siguiente fase. Algunas personas con antecedentes de patología osteoarticular, conocida o no, y también personas con una intensa fase aguda 3 (fiebre alta, artritis incapacitante) tendrían mayor riesgo de persistir con la sintomatología en esta fase”, subrayó.

Finalmente, habló de la fase crónica, donde una proporción importante de pacientes (40-80% según algunas series), puede manifestar síntomas más allá de los 3 meses. “Aquí persisten los dolores articulares y puede haber una sensación febril por la inflamación articular, tanto en la fase subaguda como crónica. Como medida importante para intentar prevenir pasar a una etapa crónica, se recomienda un correcto manejo del dolor y de las afectaciones articulares. Reposo, frío local y rehabilitación funcional precoz”, apuntó.

El profesional médico dijo que la enfermedad no se repite, sino que la persona puede estar pasando los diferentes niveles de las tres etapas.

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Prevenir antes que curar

En otro momento, aseguró que la consigna es prevenir antes que curar y que la única alternativa de prevenir estas enfermedades es evitando la proliferación del mosquito vector, el aedes aegypti.

“Para el efecto, se debe hacer una revisión permanente de las viviendas, tanto en el interior como en el patio, para cerciorarse de que no haya criaderos, que pueden poner en riesgo a todos los integrantes de la familia y a los vecinos. Igual recomendación se aplica a las comunidades, con la promoción del control vectorial, mediante el trabajo coordinado entre vecinos organizados”, puntualizó.

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