Ante hechos de violencia entre jóvenes y sobre todo el caso de Fernando Báez Sosa, hijo de los paraguayos Silvino Báez y Graciela Sosa, brutalmente asesinado hace 3 años en Villa Gesell, Argentina, siempre hay que mirar el contexto en el que se desarrolló, según profesionales.
“No todos son iguales pero en general siempre viene de una situación de familias disfuncionales. Lo que uno recibe es lo que da, lo que tengo dentro de mí es lo que doy a los demás. Si estoy dando violencia, obviamente es el idioma que conozco y es con el cual se habla en mi entorno”, empezó señalando Norma Espínola, terapeuta de niños, adolescentes, adultos y psicóloga de bienestar del personal del Poder Judicial, en contacto con La Nación/Nación Media.
“Si vengo de una familia equilibrada, donde se saben limitar con la expresión de las emociones y hay respeto, jamás voy a llegar a una situación de violencia y si estoy en un grupo de chicos donde arremeten hacia alguien con violencia, no voy a secundarles, voy a tratar de parar esa situación, voy a actuar de mediador”, agregó.
Dijo que evidentemente estos chicos que estuvieron involucrados en el caso de Fernando Báez, comulgaban una experiencia semejante en su entorno y sumado a eso, hoy día los jóvenes están consumiendo de lo que se llama el mundo integrado y que hay que saber qué están absorbiendo, consumiendo, a nivel de materiales y consumición de drogas también, ya que está muy normalizada toda esa situación.
“Hoy día como familia tenemos que tener la suficiente autoridad moral para calar hondo en nuestros hijos y que tengan el suficiente sentido de límite, cosa que no tenían tampoco estos chicos. Nadie decía paren ya, hasta destrozarle actuaron. Hay una falta de límites y eso quiere decir que no hay autoridad en su entorno. Eso es grave, evidentemente son hijos de violencia familiar, repito, cada uno da lo que recibió, entonces no es solo un problema esto que enfrentamos hoy día, es una problemática y eso quiere decir que tiene varias fuentes”, enfatizó.
Reinserción a la sociedad
La profesional indicó que si bien no se puede hablar de generalización, hay que ver de manera individual a cada chico, qué tiene adentro, qué vivencias tiene. “Dios lo permita que sí se pueda reinsertar en la sociedad, con todo lo que hizo. De hecho todo el enfoque debería de ir hacia eso, para que luego puedan insertarse a la sociedad y eso siempre hay que apelar a esa capacidad de empatía que cada uno pueda desarrollar y lo cual no tuvieron en ese momento exacto, o se dejaron llevar. Es muy personal, cada caso es particular porque cada familia es un mundo y no podemos generalizar”, apuntó.
Aprovechó la ocasión para pedir a nuestro gobierno que ponga hincapié a trabajar con las familias, tal vez desde los colegios, haciendo proyectos que sí valgan la pena y que se estimule lo que son los deportes y las distracciones sanas, ya que eso es un tema de salud comunitaria.
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